La manada celebra la gran boda del alfa y la luna. Todos gozan y charlan animadamente de cómo todo ha cambiado debido a la llegada de su Luna.

—Estas contento— pregunta una mujer a Misael— ¿Ahora si podemos seguir con lo nuestro?

Aquella pregunta hecha sin ninguna mala intención fue escuchada por Mirian que enfureció. Ella descubrió que ella era la mate de él, pero según le había explicado él aún no podía concretar nada con ella hasta que los asuntos del alfa estuvieran concluidos.

—Maldito hombre— exclamó molesta la mujer al oír la conversación – solo me dijo mentira para poder seguir con sus amantes.

Misael al verla sintió que el mundo caía abajo, ella iba a malinterpretar aquella relación pasada.

—Disculpa Katherine, pero yo…— se interrumpió cuando vio a la mujer marcharse.

— ¡Esto se me va a complicar! — murmuró al ver como su mate se dirigía a la pareja recién casada.

—Hola, cariño— dijo Mirian a su hija. Esta estaba rozagante y algo sudada— ¿Te sientes bien? —le pregunto

La jove