Mi FlashBoda con el Rey de Mafia
Después de diez años a su lado, siempre apoyando a Félix en todo, ayudándolo a llegar a lo más alto del poder en la mafia, yo era su mano derecha, la persona en la que más confiaba.
Pero lo que nunca imaginé era lo que él había hecho a mis espaldas. Tomó nuestra isla, la que habíamos logrado con tanto trabajo y astucia, y le dio el nombre de mi mejor amiga, Lilian.
La razón era tan cruel como desgarradora: ella estaba gravemente enferma, y su último deseo había sido casarse con Félix en esa isla que ahora llevaba su nombre.
Félix, en su afán por guardar el secreto, les prohibió a todos que me dijeran la verdad. Pero lo que él no sabía era que Lilian, en todo momento, me iba contando, prácticamente en vivo, cada detalle de aquella farsa.
Esa misma noche, lloré tanto que perdí la noción de lo que sucedía, mientras Félix pasaba la noche con Lilian, en la isla, sin importarle nadie más. Mientras yo, destrozada, yacía en un charco de sangre, luchando por respirar, él estaba junto a Lilian en el hospital.
Por esto, cinco días después, acepté la propuesta de matrimonio de Harold, el rey de la mafia.