Me despierto temprano ya que el llanto de Salvador llama mi atención.
—Hola, mi amor, aquí está mamá —lo tomo en brazos y le doy pecho ya que es hora de comer—. Cariño, ¡sí que eres glotón! —Él mueve sus manitos y me mira a los ojos.
—Eres un bebé precioso - Al rato llega Carol.
—Vaya, madrugaste para hacer visita.
—Quería ver a mi sobrino hermoso —le paso a Salvador, quien se queda embobado viendo a Carol.
—Carol, tengo que contarte algo.
—¿Qué pasó, amiga?
—Laura está buscando otra vez a Max.
—Es una m*****a.
—Lo sé —paso mis manos por mi cara porque me siento frustrada por esta situación—. Tengo miedo de que esa mujer se le meta hasta por los ojos a Max; me siento muy insegura.
—Lia, Max te ama, lo puedo ver en su mirada y por cómo se comporta contigo. Él daría su vida por ti, y con respecto a sentirte insegura, pues vamos a hacer que tu seguridad vuelva.
—¿Y cómo? —Ella me mira con malicia y se para con Salvador.
—Poniéndote más sexy y hermosa de lo que ya eres. Así que vete a baña