Desde pequeña solía decir que Vadim sería mi esposo una vez que yo me convirtiera en adulta, pero mi mayor sorpresa al crecer es que esa persona a la cual amo tanto resulta ser que a mí me odia y sin yo saber porque, mi vida con él es bastante complicada, conflictiva y dolorosa debido a que espero de él un amor que jamás sentirá por mi. decidida a superar ese sentimiento algo inesperado ocurre, su padre, quien es la persona que cuida de mi enfermó y como petición me hizo que le prometiera un par de cosas, cuidar de su hijo cuando falleciera, y hacer que su corazón lata del mismo modo que el mío lo hace por él. ¿Como podría hacer que él me ame cuando solo me odia? ¿Cómo podría lograr una promesa cuando tanto daño me causa! su padre me ha pedido algo muy difícil y lejos de que lo pueda cumplir, sin embargo decido intentar y me arriesgo a ganar o a perder.
Leer másAbigail Miller
Perdí a mi madre cuando tenía la edad de quince, ella trabajaba para la familia rusa Ivanov y en su último aliento le pidió al señor Akim Ivanov que por favor no me dejara desamparada debido a que no tenía a mas nadie, él sin problema aceptó cuidar de mí y encargarse de mi futuro como si fuese su hija, pero su hijo nunca estuvo de acuerdo con la idea, los motivos son desconocidos para mí, él simplemente me odiaba desde que yo era una niña, y hoy en día su odio es mucho peor, hace que mi vida sea un infierno sin ninguna necesidad. En ocasiones intento saber la razón de su odio, he querido preguntarle a él mismo pero saber que terminare humillada me hace hacerme a un lado, también he querido irme de casa, le he comentado al señor Akim las diferencias que existen entre su hijo y mi persona, que lo mejor es que yo viva aparte, pero se rehúsa a dejarme ir, le prometió a mi madre que el día en que yo saliera de esta casa seria cuando obtuviera mi título en la universidad y cuando encontrara un trabajo estable, para él su promesa tiene valor y quiere cumplirla, el problema es que yo no soporto seguir viviendo bajo el mismo techo que su hijo, cada vez los roces entre nosotros son críticos y temo el cómo puedan terminar. Lo más cómico de todo es que cuando era pequeña solía decirle a mi madre que yo al crecer me iba a casar con él, viví enamorada de ese hombre el cual su único sentimiento hacia mí es odio.
La ilusión de pequeña quedó en un pasado cuando madure y me di cuenta que para Vadim solo soy un estorbo, no negare que aun mis ojos lo continúan viendo como hombre y no como un amigo, enemigo o familiar si se puede decir, él siempre será mi amor secreto, ese del que nadie tiene idea y jamás lo tendrán. Él es seis años mayor que yo, es guapo, elegante y como ya lo sabían muy adinerado, diría que son los más ricos del país, tienen acciones en todos lados y pequeñas sucursales que les llenan las cuentas bancarias, aparte fuera del país poseen empresas, en Rusia tienen dos más que son manejada por la misma familia, y en ocasiones por el señor Akim o Vadim cuando viajan a su país.
Como de costumbre, cada vez que él está en la piscina lo observo a través de la ventana nadar en la piscina, algunas veces disfruto de la vista que me ofrece, pero en otras ocasiones quienes disfrutan de la vista son otras personas más, y me refiero las mujeres que suele traer la cual son diferentes siempre, en el tiempo que llevo conociéndolo no lo he visto traer a la misma mujer, según él lo que he escuchado cuando conversa con el baboso de su amigo es que no quiere que ellas se involucren sentimentalmente, ya que no está interesado en ninguna mujer que no sea en aquella que tanto ama y con la cual no puede estar porque ella no. Que irónico, yo enamorada de él, y él de otra que quizás ya lo este de alguien más. Así parece ser como es la vida, no siempre seremos correspondidos, más tontos nosotros que seguimos aferrados con las esperanzas de que nos amen. Más tonta soy yo, él jamás se fijará en mí, primero me odia, y segundo soy muy joven para él. Amo al hombre incorrecto.
Vadim sale de la piscina y desde la altura donde me encuentro veo como el agua corre por su tonificado cuerpo, inconforme busco de prisa mi binocular para mirar mucho mejor, cuando lo encuentro lo acerco a mis ojos y muerdo mi labio inferior al ver todo lo sexy que es, desde sus pies hasta su cabeza lo detallo, si alguien mira lo que hago me llamaran pervertida. Vadim se vuelve a lanzar en la piscina y continua con la natación, cruzo mis piernas y libero un estúpido suspiro de mis labios por lo que causa dentro de mí, ese bien llamado amor
Muevo mi mano para posarla en la mesa que da justo con la ventana y sin querer tumbo al suelo un florero causando llamar su atención por el sonido que emite al quebrarse, yo me tumbo al suelo y corto mi mano cuando la poso encima del vidrio, no puedo creer que haya sido tan tonta y me dejara descubrir, siempre tengo precaución pero esta vez me centre tanto en su cuerpo que no me di cuenta hacia donde movía mi mano. Sentada en el suelo miro la cortada y empiezo a marearme, si hay algo que nunca me ha gustado ver es la sangre, y justo ahora sale de mi herida como si me fuesen cortado una vena, lloro como una niña mimada porque presiento que moriré desangrada, mi cuerpo se encuentra paralizado al no saber qué hacer para detener el sangrado, estos son los momentos donde me encantaría gritar mamá y que ella apareciera por esa puerta corriendo a ver qué es lo que sucede, pero como no está toca ver como resuelvo y lidio con mi pánico.
Cuando considero que en realidad debo gritar, Vadim abre la puerta y observa mi mano, mira el desastre en el suelo y rueda la mirada, aparte muestra una sonrisa burlona porque sabe el pánico que me da cuando miro tanto sangre, camina en mi dirección y toma una pose en cuclillas para mirar de cerca mi herida, desvía la mira a la ventana y luego a mi binocular, junta su entrecejo y por último se centra en mí.
—¿Me estabas… espiando? — pregunta, yo quiero morirme ahora de la vergüenza. Me ha descubierto.
—¿Qué? Claro que no, existen mejores cosas y personas a la cual espiar, no perdería mi tiempo en ti — respondo de mal humor para ver si así olvida el tema.
—¿Segura? Me pareció haberte visto mirar por la ventana — se levanta para tomar asiento en mi cama.
—¿Puedes llamar una ambulancia? — eleva su ceja.
—¿Me estas tomando el pelo? Lo que tienes en un simple cortada, avisare a Ava para que te… cure esa herida — se levanta de mi cama.
—Puedo decirle yo — me levanto del suelo y cubro mi mano con una toalla.
—¿Por qué me espías? No quiero que lo vuelvas hacer, odio que estén husmeando en mi vida Abigail. Deberías de terminar tus deberes de la universidad y no estar pendiente de mí.
—¿Te crees tan importante? No te husmeaba, no me interesa hacerlo cuando no tienes nada de interesante — juega con su larga barba.
—Bueno, puedo asegurar que mi vida es mucho más interesante que la tuya, pero en fin, eso no viene al caso. Baja y dile a Ava que cure la herida antes que se infecte y luego sea peor, después subes y terminas de hacer tus deberes, no quiero notas bajas, pago muy caro tus estudios — suelto una risa sarcástica.
—¿Tu? ¿Pagar mis estudios? Hasta donde se lo hace tu padre, la ropa que visto me la compra él, el dinero que tiene mi tarjeta me lo da él, todo lo que tengo se lo debo a él, no a ti — niega y luego pasa la lengua por sus labios.
—Sí. Es mejor que le debas a él, ya que no te cobrara nada, procura nunca deberme Abigail — se me acerca — Porque yo si te cobrare, hasta lo último — susurra.
—Ya se entonces — me mira directo a los ojos.
—Ya baja — coloco en su pecho descubierto mi mano sana y lo empujo alejándolo un poco, su cercanía me quema y me pone nerviosa.
—Ya deja de mandarme como si yo fuese tu hija.
—Gracias a dios no lo eres. Y mando sobre ti las veces que yo desee, si no te gusta las puertas están abiertas para que te vayas, créeme que no te detendré, me harías un enorme favor si te vas — ¿Por qué me odia tanto? ¿Por qué yo no puedo hacer lo mismo con él? quiero preguntarle la razón de su gran odio hacia mí pero no me salen las palabras, el nudo en mi garganta me hace mantenerme en silencio.
—¿Te sientes muy hombre al tratar mal a una mujer? — levanta mi mentón.
—¿Mujer? Solo eres una adolecente de 22 años — wow, porque el señor es muy mayor.
—Sí, pero creo tener la madurez que tu no — toca mi cabello.
—Baja — su tono de voz cambia a uno más demandante.
—No — llevo la contraria, ni crea que permitiré que mande sobre mí, no tiene ningún derecho. Tengo que ya hacer a un lado mis sentimientos por Vadim, a partir de hoy empezare a sacarlo de mi vida y de mi corazón. No puedo seguir enamorada de él.
—Bien, si la herida se te infecta será tu responsabilidad, niña malcriada — abro la puerta.
—Lárgate de mí habitación — mira el lugar.
—Te recuerdo que la habitación está en mi casa, lo que quiere decir que puedo entrar y salir cuando yo quiera Abigail — se dirige hasta la cama y se recuesta en ella con confianza — No me moveré de aquí hasta que bajes y Ava te vea la mano — sin opciones termino siendo yo quien sale de la habitación y bajo en busca de Ava, ella es una enfermera que han contratado para que este pendiente de la salud del señor Akim quien ha empeorado en todo lo que va de mes.
Me siento tan mal por saber que en cualquier momento él nos podría dejar, ha sido tan buen hombre que no quiero que muera, lo adoro un mundo y ha sido como un padre para mí, me aconseja, me ayuda con mis deberes y siempre está atento a lo que necesite. Salgo al jardín y me encuentro con ambos ahí, Akim está sentado tomando un té y Ava entregándole las píldoras que debe tomar a esta hora, yo tomo asiento en frente de él y le sonrío disimulando mi tristeza, él por su lado abre sus ojos al ver la sangre de la toalla que cubre mi mano.
—¿Qué te ha pasado?
—Me corte, pero no fue mucho ¿Ava crees que puedas limpiar la herida? — ella asiente de inmediato.
—Hija, debes tener mucho cuidado, no es una cortada pequeña, fue profunda — hago gesto de dolor cuando ella limpia la herida.
—Sobreviviré — digo.
—Abigail — pronuncia mi nombre de forma tan preocupante que ya me aterra lo que dirá — Hija, sabes que le hice una promesa a tu madre y la cumpliré aun cuando ya no este con ustedes, no sé cuánto tiempo me quede de vida, has notado que mi salud no mejora para nada y que cada día estoy peor, quiero me prometas un cosa, solo en ti puedo confiar y saber que si me voy lo hare muy tranquilo — mi corazón se oprime porque lo siento como si estuviera despidiendo de mí.
—¿Qué está diciendo? Ahora es que le queda vida señor Akim, esto es… una recaída de poco tiempo, vera que pronto volverá estar en pie — miro hacia la puerta y allí se encuentra Vadim recostado del marco con sus brazos cruzados mirándonos.
—Puede que si, como puede que no, aun así te quiero pedir algo — asiento.
—Lo escucho.
—Sé que mi hijo te ha causado problemas… por eso me encargue de asegurar tu futuro, de esta casa no te vas hasta que termines tus estudios y consigas un trabajo estable, trabajo que ya tienes seguro para comenzar una vez que te gradúes, serás parte de mi empresa — abro mis ojos y miro a Vadim quien niega en descuerdo, parece que él sabía ya de esto — Mi promesa debe ser cumplida, te acogí como a esa hija que nunca tuve, espero al menos vivir para cuando tengas tu título universitario — no quiero llorar, no quiero hacerlo, no tengo que hacerlo, debo ser fuerte — Ya más adelante sabrás lo que está a tu nombre, ahora lo que te quiero pedir es que por favor, me prometas que jamás dejaras solo a Vadim, que aun cuando salgas de esta casa siempre cuidaras de él en mi ausencia, necesito que me prometas que harás lo que sea para… — se me acerca un poco más — hacer que su corazón lata por ti del mismo que el tuyo late por él — parpadeo al darme cuenta que Akim sabe de lo que siento por él, la pregunta es ¿Vadim tambien lo sabrá?
Abigail MillerCamino descalza por la arena de la playa con destino a donde se encuentra mi familia reunida en este instante jugando, mis dos pequeños tesoros, al verme, corren mi dirección y yo me agacho extendiendo mis brazos para recibirlos con encantos.—¡Mami! — expresan con escándalo.—Me los voy a llevar al mar para que los tiburones se los coman — agravo mi voz y ellos corren gritando la los brazos de su salvador, mi bello esposo.—¡No deben temer, el rey de los mares está aquí para protegerlos de esa sirena hermosa, perdón, malvada! — me rio, y los niños iguales de su papá.—¡Papi está enamorado, papi está enamorado! — él cubre su rostro.—¡Oh, no, los pequeños han descubierto mi secreto, ahora saben que me he enamorado de esa bella sirena! — Cae tendido en el suelo y los niños suben sobre él — ¿Qué te parece? Me descubrieron — dice cuando acabamos con el juego.—No eres bueno mintiendo — se levanta de la arena para alzarme y darme un beso en los labios.—Tardaste mucho — vue
Vadim Ivanov Camino en dirección hacia donde se encuentra Abi sonriendo y sosteniendo una pequeña caja de regalo que es para mí, por mi cumpleaños, me la tiende y con gusto la sostengo abriéndola así para mirar el contenido, es un precioso reloj de oro y con una escritura por dentro del cristal “Cuando se hace una promesa de amor, esta, dura para toda la vida” Levanto mi vista hacia ella, coloco el reloj en mi muñeca me acerco unos centímetros más, para besarla. —Gracias por tan hermoso detalle — su mirada se mantiene clavada en mis ojos, incitándome a perderme en los de ella, más de lo que ya me encuentro perdido. —¿Te ha gustado? — Asiento — Te amo inmensamente, mi bello ruso — rodea mi cuello. —Y yo a ti, mi bella Abi — ¿Qué si soy feliz con ella? Es más que obvio, hoy es un día importante para los dos, y no porque es mi cumpleaños únicamente, sino porque después de tanto tiempo, nos vamos a casar —¿Estás lista para convertirte hoy, en mi señora esposa? — sus ojos brillan de fe
Vadim Ivanov Había estado ausente mientras Abi estuvo secuestrada, y lo que menos quería era abandonarla, me encontraba atento a todo lo que el doctor me decía, a cada detalle, verla tan indefensa y tan vulnerable me hacían sentir de lo peor, trato de mantenerme fuerte ante ella para no mostrarle que toda esa m****a me hace daño, la pérdida del bebe y el trauma ocasionado en mi hermosa Abi, era una pesadilla, solo podía mantenerme en calma y mostrando mi mejor semblante para que no fuera evidente mi dolor, Corwin e Irish, han sido mi bastón para sostenerme ante todo este terrible suceso, pero aun así, no es suficiente, no planeo quedarme con los brazos cruzados, y por más que ella necesite mi compañía en estos momentos, necesito drenar toda esta ira que tengo por dentro. —Señor Vadim ¿Cómo se siente?—Pregunta Corwin. —Ya lo sabes, creo que no es necesario decirlo, ¿Acaso no es evidente? —Si, por supuesto, y temo por ello, le tengo un enorme aprecio a la señorita Abi, pero debe ser
Vadim Ivanov Tiemblo de impotencia, camino en dirección a donde se encuentra Ezra con esas enormes ganas de asesinar a Abe, pero no puedo en este instante perder el tiempo cuando mi Abi se encuentra desnuda, atada a unas malditas cadenas como si fuese un animal, el corazón se me desgarra al mirar su espalda sangrar, y todo es peor cuando miro por sus piernas correr sangre. Libero sus manos y con una manta cubro su cuerpo desnudo, ella llora y se queja por el dolor que ese malnacido le ha ocasionado, no sé ni siquiera como sostenerla para evitar lastimarla más de lo que se encuentra, me odio por haber permitido que le ocurriera semejante maltrato, Abe pagará con sangre lo que ha causado en Abi. Esto es inhumano, no concedo el que un hombre pueda llegar tan lejos y ser capaz de herir a una mujer de esta manera tan cruel y vil, es muy bizarro y mórbido lo que ha hecho con ella, es… simplemente inaceptable. —Me duele… el vientre — me mantengo en el suelo con ella, está pálida, sin fuer
EZRA — ¿Por cuánto tiempo estuvo el rastreador marcando en el mismo lugar? — pregunta Vadim —Por unos 10 minutos, salieron de la casa de Rebeca, rodaron por una hora, se estancaron en esa dirección por minutos y desaparecieron—Le comento —Debieron seguirlo — dice mientras mira a la carretera, ansioso. —Era la intención, pero no sé, la casa se minó de policías, nos interrogaron y no nos podíamos mover, intentamos más de una vez lograr salir de allí para perseguirlo, pero esos malditos insistían en detenernos. —Ya estamos cerca, los demás se encuentran allá esperándonos — Finn nos comenta al volante a punto de llegar al sitio. —Roguemos que sea allí donde se encuentre, porque de no ser así no sé qué será de mi vida, habremos perdido su rastro y eso… sería muy horrible—Vadim comenta preocupado. —Hemos llegado — se estaciona, allí se encuentra la otra camioneta en espera de nosotros, mis compañeros Chris, Axel, Riley y Brendan se encuentran armados y ya listos para entrar en acción.
Abigail Miller Vomito en el suelo, asqueada por lo que Abe me acaba de hacer, tiemblo y lloro porque después de todo, lo hizo, el muy bastardo abusó de mí a su antojo. Me arrastro por el suelo en busca de mi ropa para cubrir mi cuerpo desnudo, él se encuentra a una distancia de mí tomando un vaso de whisky y mirándome fijamente, casi sin parpadear. Cuando casi estoy por llegar a mi ropa, él la coge en sus manos y la tira a otro lado lejos de mí, cierro mis ojos porque sé lo que planea hacer nuevamente, miro a distancia el rastreador que Vadim me dio, Abe me lo quitó y lo tiró contra la pared, gracias a dios no se ha dado cuenta de lo que es, espero aún continúe funcionando y puedan encontrarme antes de que sea peor, aunque ya con lo que me ha hecho, no volveré a ser la misma. —Ha sido… muy satisfactorio sentir tu piel junto a la mía, mi hermosa Abi — todo en mí tiembla de pánico — Lamento que esto haya tenido que ser por las malas, pero tú no me diste opciones, si hubieras accedido
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