Italia resultaba un paraje prácticamente desconocido por el tiempo que había pasado, y al pisar el aeropuerto y convivir entre la gente, hacían sentir a Tony incómodo y a la vez muy extraño.
—Bonelli busca entre sus cosas y encuentra el número de un antiguo informante —…— ¿Collins? — Pregunta Bonelli.
—Sí, buenos días… ¿Quién habla?
— ¿Acaso olvidaste mi voz?
—Lo siento caballero, pero creo que está equivocado.
—Un tiempo ausente y todos te olvidan —Tony se posa en una pared — Collins soy Tony Bonelli, hablamos hace un tiempo en los estados unidos, aún guardaba tu contacto.
— ¡BONELLI! ¡DEMONIOS! ¡CUANTO TIEMPO HA PASADO SEÑOR!
—Sí, sí, más de lo que debería.
—Le seré honesto, señor, estoy en serios problemas si nos comunicamos por aquí.
— ¿Qué? ¿Por qué?
—Las cosas han cambiado mucho por aquí, la policía Italiana se alió con nosotros y estamos ahora en una operación en conjunto, estoy corriendo un grave peligro si nos descubren charlando, o hacen un chequeo a mi teléfono.
— ¿En dónde