Cinco años encerrada, ultrajada y usada. Eider fue vendida por su padre cuando tan solo tenía trece años. Está en espera de una oportunidad para escapar, una oportunidad para ser libre. Ikender es el Alpha supremo de toda Alemania, perdió la esperanza de encontrar a su mate cuando cumplió trescientos años. Sin embargo ¿qué pasará si en una de sus caminatas encuentra a una chiquilla en medio de las vías del tren?, sabiendo que este se llevará todo a su paso.
Leer másÉl era el gran Alpha de Alemania.
Ella una humana de dieciocho años.
Él fue libre toda su existencia.
Ella estuvo cautiva cinco años, su padre la había vendido al peor hombre que la pequeña Eider pudo conocer.
Estaba en medio de las vías del tren, su cuerpo a punto de colapsar, con una herida que sangraba y el alma destrozada. Solo esperaba el pitido lastimero de esa máquina. Pero terminó encontrándose con unos ojos que cambiarían el rumbo de su vida por completo.
*Tormento*
Mi cuerpo estaba recargado contra la pared de la pequeña habitación donde durante tanto a sido mi refugio. Tenía los ojos cerrados tratando de descansar la vista, no me era permitido dormir hasta que Rixton me lo ordenase. Estaba realmente cansada, pero sin dudar alguna no tenía tiempo para el cansancio.
Podía escuchar la lluvia caer fuertemente sobre el techo, el viento golpear la pequeña ventana de mi habitación donde nunca cabría mi cuerpo. Olía a humedad, pero no una humedad desagradable si no, aquella capaz de hacerte sentir fresca y tranquila. Las hojas de los árboles se desprendían con mayor rapidez, estaba llegando el otoño, la temporada en la que los bosques se tornaban naranjas, pero no un naranja normal, si no, como un atardecer.
Tragué saliva sintiendo lo rasposa que se sentía mi garganta, después de todo nunca estaba bien abrigada, y solía pescar resfriados casi siempre. El no cubrirme correctamente no era por descuido, la causa era que al señor Vögel, no le gustaba que ocultara mi piel, así que mi poco guardarropa consistía en vestidos a la rodilla o mucho más cortos entre otros que preferiría no recordar. Ahora mismo el tejido fresco y suave de la prenda de mangas tres cuartos que llevaba conmigo, dejaba que una gran parte del viento se colará en mis huesos, causando un leve temblor.
Escuché algunas pisadas cerca, supe que se trataba de él, suspiré aliviada al notar que no venía acompañado de sus otros amigos.
-Hola gatita ya llegué - abrí mis ojos manteniendo la mirada en el piso.
-Buenas noches señor.
-Veo que no haz dormido tal y como te lo ordené, muy bien. ¿Tienes hambre? ¿deseas comer algo?- Mordí mi labio inferior, llevaba un par de días a base de agua y un poco de cereal ya caduco. Tenía mucha hambre pero sabía cuál era el mérito que debía realizar.
-Demasiada señor- confesé con un nudo en la garganta.
-Me parece perfecto gatita- escuché el rechinar de una silla siendo arrastrada. Y después el sonido de como él se sentaba en ella.
-Levanta tu cabeza- hice lo que me ordenó. El hombre que había pagado por mi existencia yacía sentado ansioso.
-No me hagas esperar. ¿O acaso quieres otro día sin dormir ni comer bien? Traje pollo- apreté mis dientes y asentí con la cabeza. Me acerqué a él y me arrodillé, tomé su cremallera para después bajarla poco a poco...
~*~
-Asegúrate de que esos vasos queden limpios, Joseph y Duglas vendrán está noche.
-Entendido señor- continúe limpiando con delicadeza cada recipiente. Mi rostro se reflejó en uno de ellos. Había cambiado tanto en tan poco, solía tener las mejillas sonrojadas siempre, mis cachetes eran regordetes y mis ojos de un color profundo, ahora las ojeras eran parte de mí cada día. Luego de un tiempo mi piel se volvió pálida, y las proporciones de mi cuerpo más pequeñas.
-¿En qué tanto piensas gatita?-Me sobresalté al sentir las manos Rixton en mis caderas, acercándome ha su cuerpo.
-En nada señor- respondí con nervios.
Su mano siguió subiendo hasta llegar a mi pecho, donde empezó a quitar los botones del vestido azúl celeste que portaba. Mis ojos se cristalizaron un momento al pensar que volvería ha hacerlo, sin embargo el sonido del timbre hizo que se separá abruptamente de mí.
-Han llegado- anunció desapareciendo de la cocina. No sabía si aliviarme o temer aún más. Joseph era un hombre serio muy diferente a Rixton y Duglas. En ocasiones cuando me era imposible moverme y estaba a punto de quedar inconsciente, pero no lo suficiente como para no darme cuenta de que él curaba gran parte de mis heridas, y se asegurará de que estaría bien.
Sólo una vez le atreví a rogarle que me ayudará ha escapar, esa noche me golpeó hasta perder la razón. Vivía en un círculo conformado por tres emociones, dolor, agonía y, miedo. Rixton era dolor, Joseph agonía y definitivamente el peor de todos siempre era el hombre robusto, a él le tenía miedo, un miedo que paralizaba cada centímetro de mi cuerpo.
Tenía más de cinco años viviendo en esta casa, sin poder salir ni una sola vez, sin sentir completamente el calor del sol, el aire fresco. Mi padre me había vendido ha un hombre que juró protegerme y acogerme como su hija, era una niña, que creyó todas sus mentiras.
Dicen que la inocencia suele medirse por la culpa, pero yo pienso que en realidad se mide por el arrepentimiento. Cada noche me pregunto si alguno de ellos se arrepentirá de causarme tanto daño.
-¡Eider ven aquí!- respiré profundo y atendí el llamado del señor Vögel lo más rápido que mis piernas me dejaron.
-Si señor.
-Pon esto en la cocina- me tendió una bolsa con bebidas alcohólicas. De reojo noté la mirada de Duglas.
Acomodé lo que me pidió mientras escuchaba como prendían el televisor en el canal de deportes.
-Eider- un nuevo llamado me trajo de vuelta a la estancia.
-Quedaté aquí- me ordenó Rixton. Me senté en una silla un poco alejada mientras los miraba tomar comer y ver los partidos de fútbol. Conforme las horas pasaron y su nivel de alcohol aumentó el miedo empezó a divagar en mi sistema. Para la media noche sabía lo que se venía.
« “Un día creí que no existía felicidad en un mundo con tanta amargura, con tanta pobreza y muerte. Dejé de creerlo cuando escuché la risa de los pequeños menos afortunados, y el llanto de quienes lo creían tener todo”» —Limberem. ••••••••••••••••✨🌑✨••••••••••••••No olvides votar y comentar. Capítulo con una pizca de salsa Valentina 😏. •••••••••••••••••✨🌑✨•••••••••••••• —¡Ni se te ocurra dar un paso más lobo idiota!— Amenazó la humana. Reí negando con la cabeza. —¿ Y si no qué?— la reté con la mirada. Verla en una posición tan indefensa me volvía loco. Me acerqué con cautela, disfrutando del escandaloso latir de su corazón. Sus mejillas se tiñeron de rosa, mientras que sus pupilas brillaron. Era jodidamente tierna, su rostro como el de un ángel, y es que era una niña si comparábamos nuestras edades, nuestras vidas. —Dime una sola razón para que no te gire contra la pared y te tome para mí— Solté en un susurro. Anel tragó saliva girando su cabeza hacia el lado contrario. —
••••••••••••••••✨🌑✨•••••••••••••••• “Volveré más fuerte que nunca” ••••••••••••••••✨🌑✨•••••••••••••••• Estaba totalmente en paz. Mi brazo estaba por debajo del pequeño cuerpo de mi mate. Siendo honestos si fuese humano ya estaría entumecido por las horas que llevaba en esta posición. No quería alejarme de ella, escuchar su corazón latir tranquilamente y su respiración ir en par, era la mejor melodía nocturna que podía tener. Anelein era perspicaz, cautelosa, una guerrera diferente a su especie. Podía matar a cualquier ser humano con tan solo un bolígrafo. Abro mis ojos al notar pequeños gemidos de dolor provenir de mi acompañante. Frunzo el ceño al evaluar su temperatura, pensé que era yo quién le daba calor, sin embargo ahora me doy cuenta de que tiene fiebre y que, probablemente está teniendo una pesadilla. Suspiré saliendo de la cama hacía el baño. Me detuve un segundo, la habitación se sentía muy fría. Salí rápido hacia donde dormía mi Omega. Toqué su puerta, un ronquido
••••••••••••••••✨🌑✨••••••••••••••• No olvides votar y comentar. Me hacen muy felices sus comentarios. •••••••••••••••••✨🌑✨••••••••••••••La miré moverse lentamente. Antes de abrir sus ojos tocó su cabeza de forma suave. Respiré profundo volviendo a sentir esa Paz que desprendía con cara poro de su piel. Sus ojos escanearon el lugar, escuché a su corazón empezar un pequeño maratón. —Estas a salvo aquí Anel— Murmuré de forma tranquila. Lo menos que quería ahora era discutir. —Yo jamás estaré a salvo contigo— Susurró. Cerré mis ojos con fuerza. Me puse de pie caminando hasta estar al pie de la cama. —Lo estarás— afirmé. —¿De la misma forma que lo estuvo Liu?, ¿Crees que no sé que mataste a una de tus mates?— escupe con rabia. Aprieto los dientes por su forma de hablar. —Eso a ti no te interesa. —¿ Qué no me interesa? ¡Maldigo a tu Diosa por haberme emparejado contigo! — mi lobo gruñe en señal de molestia. Me siento mal de solo entender lo que significan esas palabras. — Ent
•••••••••••••••••✨🌑✨•••••••••••••••No olvides regalarme un comentario y voto. Me emociona mucho escribir está historia. ¡Nos leemos la siguiente semana!•••••••••••••••✨🌑✨•••••••••••••••Los humanos son personas oscuras, y como toda oscuridad tiene en su interior un destello de belleza en su existencia. Era un Alpha viejo, mucho más antiguo que nuestro Alpha Supremo. Peleé con su padre y antes de él fui compañero de batalla a lado de Missel Conrad. El abuelo de Christopher. Alguna vez me ofrecieron el puesto como Alpha Supremo. Alguna vez fui considerado lo suficientemente noble como para ocuparlo, claro, antes de que la maldad recorriera mis sentidos. Tuve tres mates en mi pasado, mi maldita diosa me dió el regalo de la segunda oportunidad cuando murió la primera. Nisajo, pura, inocente. Una pequeña chiquilla de dieciséis años, recién había cumplido su transformación como loba, eran otras épocas, otros tiempos. Tiempos en los que me interesaba tener una pareja de vida. Mi man
Soy Tu Alpha. •••••••••••••••••🌜🌚•••••••••••••••••La mire arrastrarse a lo lejos. Impulsó su cuerpo en un intento por ponerse de pie, pero falló cayendo nuevamente. Llegué lo más rápido que pude, ella sabía que estaba cerca, me sentía, me escuchaba. —Ni siquiera pi...pienses en ayudarme—. Hasta ella misma dudó de sus palabras. La culpa empezaba ha crecer dentro de mí. Respiré profundo. —Acepta mi ayuda por una vez en tu jodida vida Anel—. Solté seco. Una tierna, pequeña y malévola risa salió de su garganta.—Si estoy así es por tu culpa. Me han echado del Clan por ser tu maldita Mate. ¡Perdí a mi familia por tu culpa!—¡¿A eso le llamas familia?!—Señalé su cuerpo. —Te torturaron por tres días y aún piensas que les importas. Akato solo desea verme muerto. —Y yo también—. Susurró en medio de un gemido de dolor. *Tenemos que matarlo Hirok* Shegin mi lobo interior estaba tan furioso como yo. Bajé hasta donde ella estaba, la tomé por la cintura para cargarla. —¡Déjame!— Terca
Hola Criaturas de la Luna. Aquí les dejo los primeros capítulos del tercer libro de la saga: Al final tú. SINOPSIS. S o y T u A l p h a •••••••••••••••••🌜🌚•••••••••••••••••• La encontró a punto de morir. Estaba decidido, destruiría el Clan que secuestra niños para convertirlos en...cazadores. El Alpha de toda Asia se enamoró de lo prohibido. Se enamoró de su Verdugo. La persona que debía complementarlo, solo desea verlo muerto. Un alma libre, y una llena de tormentos están a punto de crear un nuevo caos. El lobo se enamoró de su propio cazador. Anel creció bajo reglas y castigos. Su existencia tiene un solo propósito. Terminar con los licántropos. Nunca imaginó ser pareja de uno. •••••••••••••••••🌜🌚•••••••••••••••••
Último capítulo