Hades la bestia Dothraki, conocido mas como el Hades. Comandante de la manada. El líder de todos los guerreros una bestia brutal y cruel. Sus leyendas habian sido contadas en los pueblos mas remotos de todos los reinos. Ella es Aria. Inocente. Una esclava vendida. Ahora una sirvienta de La princesa del reino Aragón. ***** Esta es una historia de hombres lobos...
Leer más—Su…..su… alteza la reina la está esperando en el salón principal —dijo Aria con voz temblorosa.
La chica cullo cabello era dorado como el sol se giró, quedando frente a su nueva esclava.
—No entiendo porque tartamudeas tanto —dijo la princesa, mientras se levantaba y salía de la habitación.
Aria caminó en silenció detrás de la princesa.
Su garganta se contuvo ante el comentario de la princesa, no era capaz de decir algo en su defensa, cuando todo el tiempo pasaba con miedo desde que fue capturada y esclavizada.
Aria era una persona libre que solía vivir con su madre en el pueblo del norte en el territorio del reino Orión, pero su paz y felicidad no duro por la eternidad desgraciadamente.
La guerra estalló entre los dos reinos.
Su madre fue asesinada por los soldados de Acasio.
Fue alcanzada por una flecha directa al pecho. Respiró por última vez de los brazos de Aria, quién aparte de su madre no tenía a nadie más en este mundo. Cuando su madre murió huyó tratando de esconderse de los guerreros de Acasio. Pero la encontraron en el bosque y la llevaron al reino de Acasio cómo esclava como a muchos otros de su reino.
Las esclavas decentes y bonitas fueron elegidas para servir en el castillo. Así fue como Aria terminó siendo la doncella personal de la princesa Luna.
Luna la princesa no era una persona muy habladora, le gustaba el orden y todo a su gusto.
Aunque nunca había golpeado a Aria en los últimos meses a veces se enojaba si las cosas no salían como ella quería. Pero la princesa siempre fue amable con las criadas y los esclavos. Ella no era como su hermano que torturaba a sus esclavos por los errores más pequeños, hasta de la nada.
Aria se estremeció al pensar en el príncipe Can que era la persona más cruel y maquiavélica que había visto jamás.
—Madre ¿Preguntabas por mí? —Luna preguntó mientras se inclinada frente a su madre.
Aria estaba un poco lejos de ellos con las manos entrelazadas y la cabeza agachada. No quería escuchar su conversación, pero afortunadamente, podría escuchar todo.
La reina quería casar a la princesa lo antes posible.
Aria las escuchó en silencio, mientras no podía esperar a que terminara el día para poder pasar un rato en el jardín ya que ese era su lugar favorito en todo ese castillo, en el que ella era un pájaro enjaulado al que no la habían cortados las alas
Poco tiempo después, regresaron a la recámara de La princesa y ella estaba completamente enojada.
Aria se quedó de pie en una esquina en silencio mientras observaba la princesa arrojar cosas en su irá.
Una vez la princesa entro a bañarse a la recamara del baño con la ayuda de otras dos sirvientas, Aria comenzó a limpiar el desorden que había dejado la princesa.
Su vida era momentánea en ese lugar. Se despertaba todas las mañanas incluso antes de que la luz del amanecer pudiera acariciar el cielo. Tenía que estar con la princesa cada segundo del día ya cuando la noche se acercaba podía volver a su mini recámara dónde duermen los sirvientes.
La noche se acercaba muy lentamente y finalmente ella pudo escapar a los jardines.
Respiró profundamente suspirando en la dicha de los olores que se envolvía por completo.
Aria se sentó en la hierba en medio de las flores mientras se maravillaba de la poca libertad que tenía.
El reino de Acasio no era tan malo, pero nunca debería haber matado a los inocentes solo para ganar la guerra contra Orión. Ella nunca los perdonará, por matar a su madre ya que ella era lo único que tuvo Aria.
Estaba jugando con las flores distraídamente cuando escucho rugidos. Inmediatamente se puso de pie y salió del jardín cuando vio un gran número de soldados completamente preparados para una pelea con sus espadas y armaduras salían por las puertas principales en sus caballos.
Su cabeza se disparó hacia la torre enorme cuando escucho la campana alarmante que hizo que el bello de su cuerpo se erizara, por la alarma apenas podía estar parada allí inmovilizada cuando la puerta principal se abrió de golpe y un enorme lobo interrumpió. Su tamaño era enorme. Era obvio que no era un lobo normal.
—¡Dothraki!— alguien grito horrorizado y todos los nervios de su cuerpo empezaron a temblar de miedo.
Había oído los mitos.
Sobre todo, el del Hades, más conocido como la bestia negra.
Los dichos perdidos hace mucho tiempo sobre el ejército de los Dothraki y su comándate. Tan bárbaro y cruel. Tener poderes de cambia formas ya que fueron conocidos durante siglos como los hombres lobos Dothraki.
Un soldado la empujó bruscamente dentro del castillo y una vez que estuvo dentro, la realidad de la situación la golpeó.
La reina estaba en el salón junto con el rey. Tan pronto como vio Aria su rostro palideció.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? Deberías estar con mi hija. ¡Ve! ¡Sálvala con tu vida! —La reina le gritó Aria haciéndola estremecer.
Ella asintió con la cabeza y con su mentón que no dejaba de temblar. Corrió hacia la habitación de la princesa que estaba vacía. Su corazón cayó con vapor, pero luego sintió una mano en su muñeca y se dio la vuelta.
Jadeo….
Miró a la princesa, sus ojos tenían miedo. —¡Vamos! —susurro en voz baja, mientras ambas salían de la habitación corriendo. Ella agarró una antorcha de fuego en el camino.
La princesa la llevó a la biblioteca dónde agarra un libro y tiró provocando que se abriera la puerta secreta.
—Entra —dijo Luna mientras le entregaba la antorcha de fuego y la chica ascendió mientras caminaba por el túnel oscuro.
La princesa también entró y Aria le ayudó a cerrar la puerta.
—P……. Princesa deberíamos salvar a la reina —tartamudeo Aria sintiendo que el miedo la envolvía lentamente.
—Es demasiado tarde. No puedo comprometer mí seguridad —dijo Luna con una mirada estoica en su rostro. —Empieza a caminar —gruñó y Aria sea adentro a la escuridad a pesar de sus miedos y la conmoción de sus palabras.
Siguió caminando siendo presa de cualquier peligro que saliera de las sombras. La princesa estaba justo detrás de ella manteniéndose cerca.
Caminaron durante Dios sabe cuánto tiempo antes de que el túnel finalmente llegara a su fin.
Luna tomó la antorcha de fuego en sus manos y le indicó a Aria que empujara para abrir la puerta del túnel.
Unos dias despues.....—Déjame hacer esto, deja de molestarme —se quejó Agnes mientras ayudaba a las otras chicas en la cocina a preparar el festín.Hoy fue la ceremonia de Luna de Sage y este fue el momento más feliz para toda la manada porque finalmente, las cosas se estaban acomodando bien para la manada y todos los Dothraki.El reino de Deira ha retrocedido gracias a la reina Luna y no solo porque Okrailian Kingdom se ha retirado de la guerra porque ahora los Dothraki era más fuerte e imbatible no por el Reino de Acasio de su lado, sino porque tienen a sus compañeros a su lado.Los Dothraki estaban invictos antes, pero ahora son los más fuertes gracias a Sage. Ella era la más fuerte de las brujas, bien conocida en todas las tierras y ahora que era la compañera de Magnus, no había fuerza más fuerte que este reinó.—No tienes que hacer esto. Entrenemos —dijo Hades y ella le dio un aguijó.Ella sabia dónde terminaría este entrenamiento. Con él encima de ella en su cámara.—Mire, co
—La reina Luna estaría aquí en cualquier momento —dijo Hades y Aria parpadeó confundida.Bien ella había tocado el tema de Luna tiempo atrás, pero esta mañana mágicamente el mal humor de Hades se había ido. Mientras desayunaban le comento que Luna vendría a visitarla pero que no sabía cuándo. Puede que le lleve una luna llena llegar hasta aquí en el barco.Estaban en el gran salón donde Magnus estaba sentado en su trono de mal humor, era como si el mal humor de Hades se había apoderado de Magnus ahora. Quizás Sage todavía le estaba haciendo pasar un mal rato. La mujer era un hueso duro de roer.En ese momento se abrió un portal y Sage lo atravesó y justo detrás de ella estaba Luna.Aria miró atónita su apariencia. No iba vestida de princesa sino de reina con una corona en la cabeza. Se veía tan confiada y hermosa Aria no pudo detener su emoción cuando corrió hacia ella y la envolvió en un fuerte abrazo. Los guardias detrás de ella inmediatamente sacaron sus espadas, lo que provocó que
—Mira con cuidado —dijo Hades y Aria hizo lo que se le dijo. Las doncellas del escudo se enfrentaron frente a ellas, ambas sostenían espadas mientras luchaban. Aria notó los movimientos frecuentes y la forma en que se movían uno frente al otro. —Nunca subestimes a tu oponente, pase lo que pase —dijo Hades y Aria asintió con la cabeza. Hades la ha estado entrenando durante los últimos días. Cada mañana tenía que unirse al entrenamiento con todos los guerreros. En los primeros días, estaba muy cansada, pero finalmente la resistencia se incorporó y se hizo más fuerte. Él le enseñó algunos trucos, según él, ella era más pequeña, por lo que tenía que volverse rápida para ganar contra oponentes fuertes. Al principio, estaba confundida acerca de todo el entrenamiento y esas cosas. Él no se lo dijo, pero ella entendió por qué la estaba entrenando. La guerra se acercaba. Aunque la protegerá con su vida, todavía quiere que sea fuerte para que, si algún peligro se cierne sobre su cabeza, sea l
6 meses después —Déjame dormir —se quejó Aria en su estado de somnolencia. Estaba tan cansada, solo quería dormir por el resto del día, pero su compañero tenía otros planes. —Levántate, hermosa. Vamos a bañarnos juntos —dijo en un tono mucho más enérgico y animado. Aria entreabrió los ojos solo para mirarlo. —Eres una bestia —se quejó mientras se movía al otro lado de la cama para crear distancia y poder dormir un poco más. —Tengo hambre —murmuró y ella colocó las palmas de sus manos sobre sus oídos para no escucharlo. Cada vez que dice hambriento, no se refería a hambriento de comida sino hambriento de tenerla. Anoche la tomó una vez antes de dormir y luego la despertó en medio de la noche y la reclamó de nuevo. Era una bestia que nunca se cansa. Cuando terminó, ella ya se estaba quedando dormida. —Tengo sueño —murmuró y él sonrió. —¿Te cansé anoche? —preguntó y ella se giró para parpadear con incredulidad. —Sí mucho —murmuró antes de darle la espalda para poder dormir de n
—Te deseo mas que nunca, Aria —le habló a la boca, con las manos en el cuello, sosteniéndola contra él mientras su boca agarraba la de ella. Con un suspiro de rendición, Aria derretido en sus brazos. La instó a retroceder hasta que su espalda se encontró con la dura pared detrás de ella. La besó como si todo su mundo dependiera de ello. Y tal vez lo hagan. Sus manos lo rodearon ella comenzó a tocarlo en todas partes podría poner manos. Ella le acarició la espalda entera mientras él chupaba su lengua. Cerró los ojos y, en el silencio de la habitación, los dos amantes se abrazaron. Hades empezó a desnudarla. Desde su vestido corsé suelto, hasta su ropa interior, hasta que se paró ante él sin nada más que piel. Común gemido suave, su boca la soltó y besó su cuello. La cabeza de Aria se echó hacia atrás con un gemido, dándole un mejor acceso, que aprovechó al máximo. besando y lamiendo la sensible piel de su cuello. Ella estremeció su boca si se demoró en su cuello, mordiendo la piel c
—¿Por qué sigues llorando, amor? —dijo Hades en un tono suave mientras le acariciaba las lágrimas, pero ella seguía llorando en silencio sin decir una palabra.Estaban en su habitación cuando él la hizo sentarse en su regazo en el segundo en que se sentó en el borde de la cama.Le dolía el corazón al verla así pero no quería interrumpirla, era mejor que llorara a carcajadas y se deshiciera de todo el bagaje de emociones que la había afectado en los últimos días.No importa cuánto lo intentara, todavía le causaba dolor. Ni siquiera podía imaginar la idea de perderla, pero le dio ese dolor donde claramente mostraba que iba a morir. Ella debe haber estado tan devastada.—Lo siento, hermosa —el jadeó mientras ella lloraba en silencio sobre su pecho.Aferrándose a él con fuerza como si fuera a desaparecer si ella lo dejaba ir.—Eres... eres tan... tan malo —hipó y él asintió con la cabeza en afirmación.—Sé que soy el peor maldito bastardo, pero por favor, mi Aria, perdóname —dijo él y ell
Último capítulo