SUSAN
Caminamos por un pasillo poco iluminado, junto a Martín y un guardia, me revisaron completamente para entrar, esto fue horrible.
— ¿Estás bien? — me pregunta Martín acercándose a mi.
— Si estoy bien, estoy nerviosa — pone su mano en mi hombro.
— Tranquila, estoy acá — suspiro y seguimos caminando un trecho más.
— No se excedan con el tiempo — dice el guardia abriendo y dejándonos solos.
Primero se acerca Martín y yo solo me asomo a escuchar.
— Hola Ignacio vino Susan — dice Martín.
— ¿QUÉ? Te dije que no le dijeras nada, ¿Cómo la vas a hacer venir a este lugar? — se lo escucha enojado
— Ella quiso venir, tuve que contarle todo, pero algunas cosas seguro es mejor que las escuche de vos — dice Martín.
— Sácala de acá, decile que que no quiero verla — dice Ignacio.
— Está preocupada, estuvo llorando y los 2 sabemos que no querés que se vaya, tampoco querés que este llorando de nuevo — responde Martín.
— Pero ella no sabe es