Soy Miranda. Mira para mis amigos. Vivo en Madrid. Hago parte de una familia super dominante, que nunca está conforme con lo que hago. Estoy comprometida en matrimonio con Carlos ¡Que fuerte suena!... Yo lo amo o eso creía hasta que conocí a Jacob y pasé una inocente e increíble noche con él. No hubo sexo ¡Os juro que no! Tengo una amiga que está loca por "Déjà vu" Una banda de pop americana con nombre francés ¡Que raro! En fin. Me hizo viajar hasta las Vegas para celebrar mi despedida de soltera y de paso verlos. Solo que las cosas no salieron como las planeamos. En una semana debo casarme y he recibido una notificación cancelando la autorización para celebrar mi matrimonio … porque ¡Ya estoy casada! Ahora debo contactar al chico, que resultó ser el bajista y cantante de la banda favorita de mi amiga. Tengo menos de una semana para que me firme el divorcio y para que en España autoricen mi matrimonio o Carlos y mi familia van a matarme ¿Podré lograrlo? Soy Jacob, Vivo en San Diego. Soy la oveja negra de una poderosa familia americana y hago parte de una banda de rock y pop que ha ocupado casi todo mi tiempo desde que era un adolescente, estoy cansado de los viajes y de las fiestas y las mujeres después de cada concierto, por lo que prefiero escapar cada vez que puedo y conocer los sitios donde nos presentamos. Por accidente conocí a una chica y me encantó su frescura y naturalidad. Pero había llegado muy tarde porque, iba a casarse. Decidí que la quería a mi lado y para eso, moví algunas fichas que tenía a mi disposición. Así que espero que no pueda casarse. Sobre todo, porque ya está casada ¡Conmigo!
Leer másLas Vegas - E.E.U.U
Un mes antes de la boda
Estamos casados. Así como cuando vas a sacar dinero de un cajero automático, como no teníamos testigos, la siguiente pareja se ofreció a serlo, eran unas personas mayores, yo diría que, entre 40 y 50 años, se veían realmente enamorados.
Mi anillo es hermoso, Jacob me dijo que era de su madre y que siempre lo llevaba en un compartimiento de su billetera, me quedó perfecto. Para él, compramos un anillo de oro blanco liso que vendían en la capilla, extremadamente costoso.
Ahora soy la señora Wilding, suena tan extraño, pero Jacob no para de repetirlo y besarme.
— Señora Wilding, me encanta como suena — me dice — y me encantará mucho más, decírtelo mientras te follo — susurra mientras bailamos pegados, cada poro de mi cuerpo siente al suyo, y me toca sin parar por todas partes, no puedo pensar en otra cosa que no sea tenerlo dentro de mí, me he vuelto una ninfómana en una sola noche.
— Me muero por estar dentro de ti, hermosa — pasa sus labios por mi cuello — ¡Ahora!
— ¿Quieres que nos vayamos? — le pregunto mientras observo a unas chicas que han estado mirándolo y sonriendo desde hace algunos minutos, mi vientre se contrae — Necesito ir un momento a los aseos, vuelvo y nos vamos — le respondo, miro a las chicas y en un impulso, me inclino y paso mis manos por detrás de su cabeza y lo beso posesiva y salvajemente, quiero que esas chicas sepan a quién pertenece este hermoso, atractivo, alto y musculoso hombre, que tan solo con la mirada de sus verdes ojos me hace sentir mojada. Lo miro y le paso un dedo por sus labios antes de partir — Ya vuelvo — Susurro, mientras camino como si estuviera en una pasarela, solo para él, siento su mirada quemarme y sé que está concentrado mirando mi trasero, eso me excita sobremanera.
Gracias a Dios, el baño del bar es grande, hay una pequeña cola, entro y satisfago mis necesidades, antes de salir al tocador, escucho a unas chicas hablando de uno de los integrantes del grupo favorito de Alicia, mi mejor amiga, es que parece que a todo el mundo le gusta ese grupo y no entiendo por qué.
— ¿Lo has visto? Está solo en la barra — dice una de ellas — no puedo creerlo un integrante de Déjà vu aquí en el bar.
— Pero no mira a nadie — le contesta otra — ¡es que es tan lindo!
— A mí me encanta como canta — dice la primera — y como toca el bajo, sobre todo eso, me lo imagino tocándome otras cosas.
Las voces se alejan y puedo salir a lavarme las manos, extrañamente no hay nadie haciendo fila. Siento una fuerza que me empujaba y me hace regresar al cubículo del baño, cierra la puerta con pestillo y empieza a besarme salvajemente.
— ¡Jacob! — Le digo cuando me permite respirar— ¿Qué haces? – no me responde, me sigue besando como si no hubiésemos pasado las últimas horas teniendo sexo salvaje —Jacob, para por favor — A pesar de mis palabras, me muero de ganas por seguir besándolo, pero estamos en un baño público.
— Silencio hermosa — comienza a besar mi cuello y descender por mi pecho — No hagas ruido — dice mientras me besa un seno por encima de mi blusa, respingo y gimo bajito — tranquila — desciende mi blusa y deja mis pechos libres, los besa, con calma, levanta mi falta y toma mi trasero con fuerza mientras choca mi espalda contra la pared del baño, apoyo mi tacón izquierdo contra la tasa del váter y paso mis manos por su cuello, mis senos quedan al nivel de la boca de Jacob, quien continúa chupando y succionando. Siento sus dedos tirar de mis bragas, rasgándolas completamente, introduce dos de sus dedos con fuerza. Me toma por sorpresa y antes de que grite posa su mano libre sobre mi boca, muevo mi cabeza al sentir sus penetraciones e intento no caerme, Jacob presiona mi cuerpo contra la pared y se inclina descargando mi peso en sus rodillas, escuchamos a un grupo de chicas entrar y reírse, pero pierdo la noción de la realidad cuando escucho la cremallera de los jeans de Jacob, lo miro y lo beso con fuerza, estoy muy excitada y necesito que me penetre ahora mismo, no me importa donde estamos ni quienes puedan escucharme.
— ¿Lo viste? — Escucho levemente a una de las chicas, mientras siento el miembro de Jacob invadirme con potencia. Mi grito es ahogado por sus labios y su lengua que invaden mi boca.
— No podía creer que estuviera aquí — logro escuchar decir a otra chica — ¡Es tan guapo! — suspira, mientras yo ahogo mis gemidos en los labios de Jacob, me penetra con fuerza, sin tregua, besa mis senos y toca mi clítoris. Con una de mis manos intento sostenerme al lavabo y mi tacón, choca con fuerza contra la taza, Jacob intensifica sus embestidas y gimo más alto, gruñe y me muerde en el cuello con fuerza.
— ¡Jacob! — No logro quedarme callada y casi grito su nombre — él vuelve a tapar mi boca con sus manos y a penetrarme con fuerza — ¡Dios! — grito entre sus manos.
— ¿Escucharon eso? — Dice una de las chicas — Escuchen – las chicas hacen silencio en el preciso momento en el que Jacob presiona sus manos contra mis senos y comienza con mayor velocidad.
— ¡Dios si! ¡Más fuerte! — se me escapa, las sensaciones en mi interior crecen y necesito correrme.
— ¿Están follando? — Dice otra de ellas y vuelven a hacer silencio.
Jacob me eleva más y yo gimo, sube uno de sus pies en la taza del baño y el cambio de posición hace que lo sienta con mayor profundidad, lleva una de sus manos a mi cuello y presiona con fuerza, su pecho se retira del mío e intensifica su penetración, siento que floto, que mi cuerpo no puede sostenerse, que mis sienes palpitan sin parar y mi corazón parece desbocarse, siento la lava caliente descender a mi pelvis, mi clítoris se inflama y mi interior se moja por completo, el pene de Jacob crece dentro de mí.
— Quiero que te corras, señora Wilding — me susurra Jacob, mientras muerde el lóbulo de mi oreja y presiona sus dedos contra mi clítoris con fuerza.
— No puedo creerlo – dice otra de las chicas — están en ese cubículo.
— Pero la está matando — dice otra de ellas y empiezan a reírse.
— M****a Jacob, voy a correrme — No puedo soportarlo y grito, lo que provoca una sonrisa en Jacob, libera mi cuello y lleva sus manos a mi boca mientras me habla al oído.
— Córrete, traviesa, que todas te escuchen — susurra mientras vuelve a entrar en mí y presiona su pelvis contra mi clítoris. Aprieto sus nalgas con mis manos y en mi desesperación solo quiero que mi cuerpo siga siendo embestido por su magnífica polla, en nuestro desespero final Jacob me levanta para que mi vagina pueda recibirlo con mayor potencia y me golpeo contra la pared.
— En serio, Quien quiera que seas, señor Dios del sexo, la estás matando — Dice una de las chicas en voz alta y todas ríen.
Pierdo por completo el sentido de la realidad, grito y él me besa, tiro de su cabello, presiono con fuerza mi pelvis contra la suya, siento su gemido ahogarse en mi boca, su miembro crecer, mis paredes vaginales contraerse y su líquido invadirme. El orgasmo me posee con potencia, arrasa con mis cuerdas vocales mientras grito y deja mi cuerpo tembloroso y sin aire.
— ¡Dios mío! — digo, mientras Jacob sostiene mi cuerpo y besa dulcemente mis senos, creando pequeñas fricciones y réplicas en mi interior.
— ¡Dios mío! — repite una de las chicas — ¡Oye tú! Quien seas, te quiero para mí – abro mis ojos impresionados, había olvidado que estaban ahí y han escuchado hasta el último de mis gemidos.
— Lo siento, señorita — responde Jacob con vos profunda y sensual — A mi esposa no le gusta compartir — le doy un golpe en su pecho y él ríe con fuerza.
— Qué suerte tiene — responde la chica mientras las escuchamos salir de los aseos riéndose. La puerta se cierra y Jacob se limpia y me limpia con delicadeza, me ayuda a acomodarme la ropa y me pasa una goma que no sé de dónde sacó para que me recoja el cabello. Estoy sudando y limpio mi cara.
— Me encantó consumar nuestro matrimonio, señora Wilding — me dice bajito al oído mientras sonríe y abre la puerta — Gracias por la superfollada, hermosa — sale del cubículo del baño
— ¡Señorita! — lo escucho decir antes de cerrar la puerta principal del baño.
Voy a morirme de la vergüenza, una chica me está mirando con los ojos abiertos, yo sigo parada contra la pared, ya estoy vestida claro, pero está claro que la chica escuchó a Jacob y no necesita ser muy inteligente para saber lo que estábamos haciendo.
— Lo siento — le digo mientras intento salir de prisa.
— ¿Estabas con…? — levanto mi mano y la interrumpo antes de que termine de hablar.
— Lo siento de verdad, es que él es muy intenso — le digo y salgo casi corriendo de ahí, veo a un grupo de chicas gritando en una de las esquinas del bar. Paseo mi mirada por el bar y no veo a Jacob, no sé qué hacer, quiero irme, pero acabamos de casarnos y de verdad quiero darle una oportunidad a este matrimonio.
Voy a la barra contraria de las chicas, me da la impresión que todos me miran y saben lo que acabo de hacer. Pido a la chica de la barra un whisky doble, porque necesito algo más fuerte que un coctel.
Quiero irme, Jacob no llega y me estoy acobardando.
— Traviesa — me habla al oído y me besa en el cuello — me encantó follarte en el baño — el whisky que estaba tomando se me devuelve por el lugar indebido y empiezo a toser y ahogarme.
Jacob España en verano, 6 meses después Es extraño encontrarme en España y especialmente en el mismo pueblo donde conocí a Miranda y que ella y los chicos no estén aquí, estamos a punto de presentarnos en el mismo festival de hace tantos años y hacerlo sin que ella lo vea, me entristece. — Esta canción la empecé a escribir en una playa de esta ciudad — empiezo y el público grita eufórico — La noche después de nuestro concierto, cuando tuve la oportunidad de conocer a la mujer más maravillosa del mundo, con la que cada día es mejor e increible — los gritos continúan y los chicos sonríen — Lastimosamente, esa mujer increíble no se encuentra aquí para cantarle, pero ustedes sí ... Todo lo que necesito, eres tú — Digo el nombre de la canción y el ruido se hace más fuerte — Gracias Calella de Palafrugell — comienzo la canción y recuerdo esa noche en el auto, la playa, nuestro primer beso y como ella corrió asustada porque iba a casarse con el idiota de Carlos y yo enamorado a primera vis
Jacob A veces pienso en Williams y mi padre y no logro comprender que los prejuicios y el odio fueran tan fuertes que los llevó a actuar de esa manera y terminar como lo hicieron. Tampoco he logrado comprender como un hijo es capaz de acabar con la vida de sus padres. Cuando Miranda y los bebés estuvieron fuera de peligro, me comuniqué con la madre de Miranda, que me informó que el señor Aguilar había muerto de un infarto. Durante estos casi tres años pasaron muchas cosas en nuestras vidas y en la de las personas a nuestro alrededor. Cándida Rosa se divorció de su esposo, pero no obtuvo un buen acuerdo porque este hizo la demanda de divorcio por infidelidad, ella se hizo cargo de la empresa de su padre y hace pocos meses fue comprada por un gran grupo inmobiliario. Lo último que supe, es que Cándida había sido estafada por un chico con el que salía y que vivía con la madre de Miranda, quien al parecer estaba sumida en una profunda depresión; Miranda la visitó con los gemelos, pero e
Un poco más de dos años después — Jacob ¿Puedes dejar de moverte? — me está estresando y lo peor es que no puedo simplemente levantarme y dejarlo solo, vamos para la clínica y yo que soy la directamente involucrada en todo esto, trato de mantener la calma — Me estresas. — Vale Hermosa — toma mi mano izquierda entre la suya — Solamente debo respirar — pobrecito, desde que me conoció hemos pasado por tantas cosas y siempre ha controlado todo, que no entiendo por qué está tan nervioso. Llegamos a la clínica y entramos al consultorio del doctor, que nos saluda como siempre, con toda la amabilidad del mundo, es que ya somos amigos. — Bueno, pues al parecer todo sigue muy bien — nos dice — podemos descartar el temor que tuvimos los últimos meses de que el cáncer volviera, simplemente estás muy agotada Miranda, tienes que calmarte y llevar un ritmo de vida menos agitado, menos trabajo, menos edificios y, hospitales y centros comunales por construir — los tres reímos — tienes que comer y d
Jacob — ¡Mierda!, ¿eso fue un disparo? — pregunta Lucas y bien que lo fue, pero no quiero pensar en que fue por Miranda, necesito estar concentrado y ser positivo — ¿Qué debes hacer? ¿Qué te dijo Fernando? — me pregunta Lucas — ese tipo nunca me gustó, ya sabes que no me gustaba la gente con la que se relacionaba Mira en Madrid — me dice Lucas y recuerdo que Miranda me decía lo mismo, que Lucas detestaba a sus amigos allá. — Lucas, te agradezco que me acompañaras, pero Fernando me ha exigido entrar solo y después del disparo que hemos escuchado, no quiero arriesgarme — Sé que va a entenderlo, así que me parqueo rápidamente. — Yo te acompaño — me dice Lucas. — Lo siento Lucas, pero en este momento prefiero seguir las instrucciones de ese hombre, no lo conozco, no sé qué tan loco está y no quiero correr riesgos — abro la puerta y salgo. — Llamaré a la policía — le escucho decir antes de cerrar la puerta y correr a la entrada del inmueble, donde se encuentran dos hombres. — Jacob Wi
Miranda — ¿Mi padre lo sabe? — le pregunto, el miedo sigue apoderándose de mí y no sé cómo reaccionar, el hecho de encontrar a esta persona aquí y jamás haber sospechado de ella, me hace pensar que no tendré escapatoria y que nadie podrá ayudarme. — Querida, el pobre de tu padre es un imbécil - me dice mientras se sienta con elegancia en una silla frente a mí, quiero correr, pero todas las puertas están cerradas y además el arma que lleva en la mano, me ha persuadido de hacerlo — Siempre confía en quien no debe. — ¿Por qué, yo? ¿Cómo hizo para entrar a mi casa, tener toda mi información e involucrar a Williams? — pregunto sin poder resistirme a conocer la verdad. — Shiii — Se lleva un dedo a la boca y niega con la cabeza — Eres igual que tu padre, siempre exigiendo — me responde y se pone de pie, camina hacia mí, despacio, con calma, siento el frío recorrer mi piel y no puedo apartar la mirada del arma - vamos a dejar algo claro — me dice — yo soy quien manda aquí ¿Vale? Así que ir
Jacob — ¡Mierda! ¡Mierda! — Escucho a Miranda quejarse y salir de la cama, solo con su grito me ha despertado, pero tengo tanto sueño que no pienso dar señales de vida — Por tu culpa — una almohada cae sobre mí, me acomodo mejor en la cama y vuelvo a dormir. Estoy preparándome para una cita que tengo con el detective, a quien llamé, apenas desperté para contarle lo que Miranda me dijo anoche y estamos seguros de que no es paranoia, así que vamos a revisar los pasos a seguir. — Lucas — contesto rápidamente el teléfono al ver quien es, tal vez él sepa algo de lo que ha estado pasando — Cuéntame - miro el reloj, debo apresurarme o llegaré tarde — ¿Mira está contigo? — Mis sentidos e instinto se activan inmediatamente — Llevamos un ratísimo esperándola, su teléfono está apagado y no hemos podido comenzar la reunión — me dice — yo creo que ella es la ganadora, pero el jefe está comenzando a irritarse — ¿Qué m****a? — Miranda, se fue hace mucho tiempo, debería estar allá, Lucas — le dig
Último capítulo