Victoria siempre ha sido la hija ejemplar, la dama ejemplar pero esta a punto de casarse sin amar de verdad. Sabe que su tiempo para ser feliz se acaba pero al menos le queda su despedida de soltera sin imaginar que esa noche un apuesto stripper aparecería en su vida, seduciéndola hasta hacerla disfrutar la ultima noche que le queda para jugar. Ambos creen que esa noche quedará en el olvido sin imaginar que terminarían viéndose una vez más, sintiendo el mismo deseo prohibido. Danilo esta dispuesto a todo por seguir disfrutando de ese placer prohibido, dispuesto a saborear esa tersa piel que lo vuelve loco. A Danilo no le importa nada, incluso tras enterarse que Victoria es la mismísima prometida de su hermano.
Leer más“¿Alguna vez te habías encaprichado con una piel o con una mujer que supieras que no puedes tener?” se preguntó, acariciando suavemente la tersa piel de la mujer rubia que dormía pacíficamente a su lado. Con los carnosos labios entre abiertos, descansando mientras él la admiraba.
En realidad nunca había sentido admiración hacia una mujer, nunca se había sentido cautivado por una en realidad pero ella parecía tan interesante... tan prohibida que no había podido evitar sentirse atraído por aquella extraña inocencia.
No se lamentaba en lo absoluto, había disfrutado cada rincón de su cuerpo y si ella lo deseaba... lo volvería hacer. Le importaba un bledo que ella estuviera a punto de casarse, ella había sido suya esa noche y aunque para ella había sido la última noche para jugar, a él le había encantado ser su último juguete.
—––––––– UNAS HORAS ANTES—–––––––
—No creo que esto sea adecuado, tengo demasiado trabajo por hacer— respondió Victoria, mordisqueándose el labio mientras deslizaba sus tersas manos sobre la tela del vestido corto.
— ¡Claro que es adecuado!—gritó Hannah con una gran sonrisa en su rostro, tomando la mano de la rubia. Obligándola a caminar por el jardín de la mansión, escuchando el sonido de las fuentes mientras sonreía. — tienes que confiar en mi cuando te digo que esta noche será una locura.
—Por favor, no hagamos que Felipe se moleste.
—No tienes de que preocuparte, Victoria. Felipe no se enterará de nada. — respondió la pelinegra, abriendo la puerta del auto antes que todas gritaran “Sorpresa”.
Victoria sonrió ampliamente, sabiendo que aquella noche no terminaría para nada bien. Conociendo la clase de personas que solían ser sus amigas a la hora de emborracharse.
Hannah sonrió victoriosa y se acomodó el cuello de su cara blusa de seda.
— ¡Está prohibido hacer algún comentario sobre la sorpresa!— dijo la chica de cabello negro. — ¡Todo tiene que ser una sorpresa y prometo que será tranquilo!
Victoria miró asentir a las chicas y sonrió sintiéndose un poco más tranquila. Seguro sería una despedida de solteras completamente tranquila como Hannah acababa de prometer y ella se estaba imaginando de todo cuando en realidad no sería de esa manera.
Se llevó las manos al cuello y se lo masajeo delicadamente. Estiró su mano y miró aquel gran diamante en su dedo anular. Se acomodó el anillo y suspiró.
“Un gran anillo para una novia gran novia” había dicho el gran magnate al entregárselo.
—Entonces... vámonos—susurró antes de subir al vehículo. Sintiéndose completamente ansiosa.
Cuando llegaron a la ubicación y el auto se detuvo, Victoria se percató del desastre que harían en su departamento.
— ¿Mi departamento?— preguntó. Miró a su mejor amiga y suspiró. — pensé que me llevarías a cenar o algo por el estilo.
—Eso es tan aburrido —dijo Hannah. — lo que necesitas es embriagarte, mucho pero mucho.
—Mañana tengo que ir a una reunión con los padres de Felipe. ¡No puedo emborracharme!
— ¡Shh!— chilló una chica de cabello gris. — ¡Ese nombre está prohibido por esta noche!
— ¡Que comience la despedida!— gritó Hannah, tomando a Victoria de los hombros. — ¡Hoy muere tu zorra interna! O nace...
—Ojalá nazca, que nunca la he visto—susurró otra chica.
— ¡Hoy no va a pasar nada!—respondió inmediatamente la novia, bajándose del auto con los nervios hasta el tope. Sintiendo como ligeramente las piernas le temblaban.
—Por favor— susurró Hannah. — Sólo disfruta tu noche— pidió antes de llevarla hacia la puerta del departamento. —toda tu vida has hecho lo que tus padres han querido, solo esta noche… juega un poco sin preocuparte, somos tus mejores amigas y nunca te traicionaremos. No le diremos nada a tu familia, acábate todas las botellas de alcohol si quieres, nosotras no hemos visto nada ¿Entendido?
—Entendido—susurró Victoria antes de ver como una de las chicas abría la puerta del departamento frente a ella.
Victoria sonrió al escuchar la fuerte música sonar, admirando las luces del lugar antes que las chicas gritaran y la llevaran por completo hacia el interior de su departamento. Miró el lugar y suspiró completamente feliz. No había nada más que pedir, estaban sus mejores amigas y tenía tiempo para ser ella misma.
Las chicas tenían razón, tenía que divertirse esa noche. Al menos una noche.
Ya no había más tiempo para divertirse, así que esa noche la disfrutaría al máximo.
—Pásame esa botella de vodka— dijo, estirando su mano— ¡Voy a emborracharme!—gritó antes que todas gritaran eufóricas.
Victoria gritó después de unos cuantos tragos, la música alta y el sentimiento de felicidad la mantenían completamente en el éxtasis. Las chicas a su alrededor reían y bailaban al ritmo de la música mientras sostenían delicadamente las copas e incluso las botellas.
Hannah gritó cuando golpearon la puerta del departamento y las chicas tomaron a Victoria de los brazos. Obligándola a caminar hacia una silla negra que había en medio de la sala de estar. Victoria las miró por un momento, confundida al mismo tiempo que se llevaba a los labios la botella de champagne que traía entre manos.
— ¿Qué sucede?— preguntó riendo.
La puerta se abrió en el momento que las chicas la sentaron en la silla negra de su sala. Victoria tomó un poco de la botella y palideció por completo al ver al chico de cabello negro acercarse a ella.
— ¿Y bien?— dijo aquel chico con su voz gruesa. Victoria se mordió el labio y tomó un poco más de su botella. Hannah gritó cuando un segundo chico entró en el departamento de Victoria. — ¿Quién es la novia?— preguntó para luego romper cada uno de los botones de su camisa dejando al descubierto su pecho perfectamente trabajado.
—Cuidado con el lugar—le dijo Victoria al ver los botones volar por cualquier lado.
—Ella es la novia —dijo Hannah.
El chico ladeó un poco el rostro y miró a aquella mujer rubia. Acercándose por completo a ella con ligeros pasos llenos de amenaza. Comprobando lo que había sospechado, una chica rica, terriblemente hermosa y sensual.
—Así que aquí tenemos a la novia —soltó el chico sobre sus labios, haciéndola temblar. — Es una pena porque eres totalmente mi gusto—murmuró antes de depositar sus manos sobre la temblorosa cintura de Victoria, levantándola con facilidad. — vamos a un lugar mucho más privado.
Danilo se mantuvo un completo silencio, observando la pálida de Victoria. Analizando cada centímetro de su dañada piel. En realidad, con sólo ver su piel podía sentir como en la sangre le hervía.No podía creer la manera en la que Felipe se había atrevido a lastimarla.Simplemente con verle la piel totalmente herida, llena de marcas moradas, le hacía sentir culpable.Por el simple hecho de no poder protegerla. Estaba totalmente consciente que si se acercaba ella, lo único que iba terminar provocando es que Felipe lo volviera a lastimar por culpa de los a los enfermos que tenía contra el. En cierta manera podía entenderlo pero al final, el hecho de sentir celos y sentirse molesto contra él, no le daba motivos para lastimar a Victoria.—¿Dónde te duele?—preguntó a pesar de estar seguro que toda la zona de las costillas le dolía demasiado. —Todo—admitió ella.—¿Crees estar rota?—preguntó él—porque yo si lo creo.—¿Crees que Felipe me haya roto alguna costilla? —¿Alguna vez te ha patea
Victoria observó por unos segundos a Felipe, negando mientras lo veía fijamente. Estaba totalmente sorprendida por lo que le acaban de pedir y simplemente no podía creer que es lo que le acababa de pedir Felipe, realmente fuera real. Por un momento había creído que él estaba bromeando con ella pero al final se había percatado que no era así. Felipe realmente estaba hablando con seriedad, lo que le acaba de pedir, realmente quería que lo hiciera.Felipe al verla negar con tanta insistencia, entendió que ella ya se había unido por completo al bando de Danilo. "No voy a permitir que seas feliz al lado de ese imbécil" pensó mientas la observaba.
Felipe se mordisqueó el labio, observándose frente al espejo con una expresión totalmente sombría en el rostro. Estaba cansado, molesto e incluso listo para matar a cualquiera que se le acercara. Detestaba saber que Danilo seguía en la batalla, no podía dejar de preguntarse hasta cuando tendría que lidiar con su hermano menor. Estaba totalmente obstinado a no permitir que Danilo encontrara la verdad de todo, no quería que su padre lo descubriera porque una vez que lo hiciera, todo se iría al carajo. Haría todo lo que estuviera en sus manos para impedir que Danilo descubriera quien realmente era y por ello tenía que desaparecerlo por completo, pero no sabía cómo hacerlo. Ya lo había intentado una vez y no había funcionado en lo absoluto. Necesitaba algo más, algo que realmente le funcionara y no fuera para nada sospechoso. Una gran sonrisa se dibujó en su rostro al finalmente entender que era lo que tenía que hacer. Tenía un plan maestro, retorcido pero totalmente seguro. Sabía que Dan
Sentía que frente a ella Danilo y Felipe seguían golpeándose. Incluso si ya había pasado más de una hora desde que la pelea había terminado, ella aún seguía manteniendo toda esa adrenalina dentro de su cuerpo. Seguirá temblando y aunque ya se había tomado un tranquilizante, sentía que de nada le había servido. — Oye, Victoria, ¿Te encuentras bien?—preguntó Danilo con los nudillos totalmente rojos— no luces muy bien. Lamento haberte hecho pasar ese mal rato. Perdí el control por completo. —Tengo que irme, si... tengo que irme porque si no voy...—soltó Victoria de repente. Volteando a verlo—. Lo siento. Realmente lo siento. Tengo que irme en verdad. —¿Te vas a ir con él a que te terminé de matar o prefieres que termine de revisar tus problemas?— preguntó él con la voz gruesa, ligeramente llena de coraje. —No metas mi estado de salud en esto. —Soy un médico. Puedo meterme en tu estado de salud mientras te encuentres en mi consultorio. —Y un stripper, también eres un stripper—soltó
Danilo se mantuvo un completo silencio, observando la pálida de Victoria. Analizando cada centímetro de su dañada piel. En realidad, con sólo ver su piel podía sentir como en la sangre le hervía.No podía creer la manera en la que Felipe se había atrevido a lastimarla.Simplemente con verle la piel totalmente herida, llena de marcas moradas, le hacía sentir culpable.Por el simple hecho de no poder protegerla. Estaba totalmente consciente que si se acercaba ella, lo único que iba terminar provocando es que Felipe lo volviera a lastimar por culpa de los a los enfermos que tenía contra el. En cierta manera podía entenderlo pero al final, el hecho de sentir celos y sentirse molesto contra él, no le daba motivos para lastimar a Victoria.—¿Dónde te duele?—preguntó a pesar de estar seguro que toda la zona de las costillas le dolía demasiado. —Todo—admitió ella.—¿Crees estar rota?—preguntó él—porque yo si lo creo.—¿Crees que Felipe me haya roto alguna costilla? —¿Alguna vez te ha patea
La noche en la que Danilo decidió regresar a la ciudad, fue realmente difícil. Durante año se había mantenido en completo silencio, en la sombra, tratando de vivir una vida normal mientras permitía que el tiempo curara la herida que su abuela le había dejado por qué aunque algo dentro de él sabía que realmente no había tenido la culpa de lo que había sucedido. No podía dejar de echarse la culpa, porque en esos momentos le parecía más real echar la culpa sobre sus hombros que ignorar toda la situación.Había visto demasiadas noticias respecto al matrimonio de Victoria y Felipe. Aunque había tratado de evitar aquellas noticias, al final, siempre había terminado leyéndolas. Cada una de ellas.Durante los años que se habían mantenido alejado de la ciudad, la única noticia que realmente le había partido del corazó
Último capítulo