Isobel Smith o Isobel Wesley, ella puede ser cualquiera de las dos si lo decide, sus dos personalidades son totalmente distintas, una personalidad es fría, calculadora y manipuladora, los Wesley son así, cazadores que lo único que les importa es eliminar a esos seres que atemorizan a los humanos, en pocas palabras son guardianes. Su otra personalidad es mas tierna, dulce e indefensa, los Smith son gente que no le harían daño a nadie, se preocupan por el bienestar de las personas y son muy risueños, sin embargo ella tendrá que tomar una fuerte decisión para así poder salvar a su padre de las garras de su enemigo, Fariád, para ella no será fácil pero aun así decide arriesgarse. Tu que dices, ¿Te animas acompañar a Isobel en esta historia?.
Leer másIsobel, es mi nombre, hermoso ¿No?, tengo 19 años y vivo con mi hermano menor Beni, mi madre murió dando a luz a Beni y mi padre murió en un accidente, mi vida es un desastre si así lo podría llamar, ya hace unos 4 años que mis padres ya no están con nosotros y lo único que me hace feliz cada día es estar con mi hermano, se puede decir que nuestra unión es fuerte, o eso se ve, poco a poco he notado que esa unión por alguna razón se desestabilizaba, no era algo agradable a decir verdad, hay muchos secretos por descubrir y no será fácil, pero tampoco difícil.
Me encuentro en la cafetería con mis dos mejores amigas, Bonnie y Lisa, son como hermanas para mí, siempre estuvieron en las buenas y en las malas, sus padres nos ayudaron mucho a mi hermano y a mí cuando nuestros abuelos fallecieron, por suerte nos dejaron su herencia, una gran casa de dos pisos y mucho dinero, no sé de donde mis abuelos sacaron tanto dinero, pero gracias a eso mi hermano y yo sobrevivimos, debo aclarar que no sabía cómo manejar algo así, por eso le pedí ayuda a los padres de mis mejores amigas, ellos no se negaron, con ese dinero que nuestros abuelos nos dejaron pagamos el instituto y otras cosas más, la plática era muy entretenida, una chica se nos acercó, era bajita, cuerpo no tan voluptuoso, cabello castaño, bronceada, ojos color avellana.
— ¿Oye, tú eres la hermana de Beni?—Habla la chica como puede mientras me señala.
Se nota que corrió.
—Sí, ¿por qué?—respondí mientras arqueó una ceja, acomodé un mechón de mi cabello, girándome tan solo un poco.
—Bairon le ha golpeado—Dice tratando de tranquilizar su respiración.
Al escuchar lo que dijo me levanto rápidamente de mi asiento, haciendo mis manos puños.
— ¿Perdón qué?, ¿Dónde está mi hermano?—Hable un tanto alterada.
Cuando lo encuentre lo voy a matar con mis propias manos, nadie se mete con mi hermanito menor, odio que se metan con él, mi respiración se hizo agitada de un momento a otro, era algo fácil ponerme así.
—Ahorita está con la enfermera, pero solo le partió la nariz— Ella frunce su ceño.
Por el enojo que hay en ella, puedo jurar que mi hermano le gusta, puedo decir que quizás harían bonita pareja, aleje esos pensamientos, no espere más y salí corriendo a buscar a Bairon, el enojo me segó y no me importo nada, cada vez que alguien golpea a mi hermano o se atreve a molestarlo acaba muy mal, sé que se puede defender solo, pero es lo único que me queda y no pienso tolerar que un estúpido lo golpee como si él fuera un saco de boxeo, mi enojo cada vez aumentaba más a conforme pasaban los segundos y aún no lo encontraba, mi paciencia es muy corta, mis amigas me seguían a toda prisa, mire a mi alrededor y lo visualice en una esquina parado hablando con los demás idiotas de su grupo, dispuesta en acercarme más a donde estaba para darle un buen puñetazo, fui detenida, solté un bufido.
—Isobel qué vas a hacer? Detente, por favor —Oigo que dice mi amiga Lisa y me agarró el brazo, me di la vuelta.
—Que me detengan no es una buena opción, se metió con mi hermano y el que se meta con él se mete conmigo. Lo sabes muy bien, Lisa, así que es mejor que me sueltes, no la quiero agarrar contigo —espetó muy enojada.
—Isobel, tus ojos cambiaron de color...— Escuche el murmullo de Lisa.
—Lo sé, pasa cuando estoy muy enojada, pero no me interesa, así que, Lisa, no te lo volveré a repetir, suéltame —digo mirando su mano que aún estaba puesta en mi brazo.
—Creo que es mejor que la sueltes Lisa, cuando esté calmada hablamos con ella...—murmura Bonnie.
Lisa me suelta el brazo, aprovecho para darme la vuelta y seguir mi camino hacia donde se encontraba el idiota de Bairon, a paso rápido me acerco a él, sin pensarlo dos veces, lo hago girar y sin más le doy un fuerte puñetazo en la cara haciendo que caiga al suelo, aprovechando que está en el suelo, lo tomo del cuello muy fuerte, pegándolo fuertemente hacia una pared cercana que había en el sitio y lo suelto, este cayó al suelo agarrando su cuello para toser.
—La próxima vez que te metas con mi hermano, te mandaré al hospital, si acaso no te rompí ningún hueso —le advertí dándole una mala mirada.
Las chicas me tomaron de los brazos y me sacaron de ahí, me hicieron caminar rápidamente hacia no sé dónde, aún seguía enojada con lo que paso, debo decir que cuando estoy enojada mis ojos cambian de color, y debo confesar que no sé por qué cambian, pero ya me acostumbre, varios minutos caminando llegamos a unos de los salones, que al parecer estaba vacío, me hicieron entrar, di un suave suspiro.
—Se puede saber qué es lo que acabas de hacer —habla mi amiga Bonnie mientras cierra la puerta.
—No lo sé chicas, cuando me enojo demasiado no tengo control sobre mí —Me gire para mirarlas.
— ¿Desde hace cuánto estás así?—Esta vez hablo Lisa.
—No lo sé, creo que es la primera vez que siento mucho odio hacia alguien, y eso de los ojos... No sé, chicas, solo quiero ver a mi hermano, luego tendremos tiempo para hablar de todo esto —suspire para después arreglar mi cabello, que creo que estaba desalineado.
—Está bien, vamos a verlo —Mire a Bonnie abrir la puerta.
Nos dirigimos hacia la enfermería de la preparatoria y note que todos me estaban mirando con miedo y las chicas me hicieron caminar rápido, vaya ahora me tendrán miedo, varios minutos caminando hasta que llegamos a la enfermería, Lisa y Bonnie se despidieron de mí y me di la vuelta para entrar lo más rápido que pude, mi hermano estaba sentado en la camilla y tenía un pañuelo en las manos manchado de sangre, el olor me mareó un poco, cosa que ignore y me acerque a él.
— ¿Beni, hermano, estás bien? —Le digo y agarró su rostro con cuidado de no lastimarlo.
—Si Isobel, estoy bien, no te preocupes por mí—Respondió mientras me quitaba las manos de su rostro.
— ¿Estás jugando Beni?, casi mato a Bairon por lo que te hizo—Hable un tanto alterada mientras camino de un lado a otro, bufé algo bajo negando levemente.
—Si lo sé, ya me lo han contado... Te quiero mucho y sé que te preocupas mucho por mí, pero me sé defender, me haces pasar vergüenza. ¿Por qué crees que me molestan a cada segundo? —Lo miré con mi ceño fruncido, mirando cómo limpia su nariz mientras me miraba de reojo.
Abrí mi boca un poco, reí sin gracia, escuché bien o, ¿este ser me está diciendo que para él soy una vergüenza? Después de que casi mató a un imbécil por haberlo golpeado, viene y me dice esto, pero qué lindo, pellizqué el puente de mi nariz.
—Luego de que casi mato a ese por lo que te hizo, ¿Dices que soy una vergüenza para ti?—Ya estaba enojada y dolida a la vez, él soltó un suspiro.
—No te ofendas... Pero sí—Me miro con una mueca en sus labios.
¿Que no me ofenda?, joder que casi mato a un imbécil por él y hace esto, me doy la vuelta y tomo un frasco de medicina, lo aprieto tanto que se rompe en mi mano, estoy que lo mato, el olor a sangre me marea nuevamente, si sigo aquí me voy a vómito, será mejor irme, dispuesta a salir del lugar, me doy media vuelta agarrando un pañuelo para limpiar mi mano y caminar tirando lo que tenía en manos al suelo.
—Espera ¡Isobel! —Lo oí hablar.
Lo ignoré y rápidamente salí de ese lugar. Si seguía estando ahí, esta vez lo iba a golpear yo, lo quiero y mucho, pero él a veces es tan él y me molesta demasiado, es como mamá, es terco, y su terquedad hará que en cualquier momento pierda mi poca paciencia, y eso no es bueno...
Decirles a sus padres iba hacer un reto pero aun así debía hacerlo, el resto del día Isobel solo podía dedicarse a mirar la ventana con mirada más que perdida, sus pensamientos eran un desorden, apretaba sus manos de vez en cuando, miro la mano de su amado de reojo y relamió sus labios, se encontraban en la habitación de su amiga Hunter les había puesto un portal para que así pudiese la chica hablar con los padres de Bonnie antes de que se arrepintiera. Bajaron los escalones y miraron a la pareja mirar la televisión.Estos al sentir su presencia miraron hacia las escaleras, se miraron entre sí preguntándose varias cosas en silencio, se levantaron mirando a ambos jóvenes aún en los pies de la escalera, la madre de Bonnie dio un pequeño vistazo hacia atrás suyo para tratar de ver si su hija estaba
—Hermano mejor siéntate ¿Si?— Le dijo Isobel al menor mirándolo con súplica señalando una silla debajo de un quiosco algo grande, este a regañadientes camino hacia su asiento y se sentó con una mueca cruzando sus brazos.—Te enseñaré luego varios truquitos—Habló Leinád dejando un suave golpe en el brazo de Beni logrando que este sonriera un poco mientras daba suaves asentimientos.Hace más o menos 20 minutos habían comenzado a practicar, Leisay era realmente obediente a las órdenes que Isobel le daba, ambas peleaban muy bien y por ende Beni no pudo contra ellas, aunque a decir verdad este no tenía práctica alguna sobre combate cosa que lo dejaba en desventaja. La joven hizo pequeños estiramientos a la par de su seguidora
Su caminar se hacía muy pesado, sus pies ardían y conforme daba pasos en sus labios se formaban muecas de dolor, a cada lado de ella se encontraban demonios cuidando que no se escapara, su cuerpo estaba rodeado de cadenas gruesas que quemaban su piel, su tío estaba delante de todos guiándolos hacia el calabozo. Al llegar cada uno de los demonios la sentó en el colchón sucio que estaba en el piso, Isobel suspiro con fuerza cerrando sus ojos recargo su cabeza de la pared escuchando la voz de su tío.Se sorprendió un poco a la hora de no oír algo de sarcasmo por parte de su contrario, todos se fueron pero las cadenas permanecieron en el cuerpo de la joven por órdenes de Fariád, la joven descanso su cuerpo un poco debido a que su piel ardía, Samith y Westh hicieron presencia mirando a la pobre chica sufrir, ambas tenían una mueca de tristeza en sus labios, Samith toco su
—Si no quieres no es obligado, Bonnie—Le dijo Leinád a la joven mirándola con determinación sabiendo que esta no estaba del todo segura de hacer aquel portal, noto la mueca pensativa y ladeo su cabeza dejando un apretón en su hombro derecho ganándose una leve sonrisa por parte de la chica.Cada uno de ellos se encontraba en un espeso bosque a mitad del medio día, el sol era cubierto por un par de nubes colocando a los ajenos en una oscuridad un tanto espesa, el viento era leve pero lograba erizar la piel de los presentes. Llevaban un par de horas en ese lugar y aún no habían hecho el portal.Lisa miraba de reojo a Scott mientras mordía su uña del dedo gordo de su mano, sus pensamientos eran confusos para ella, se sentía totalmente incomoda, suspiro cerrando sus ojos por un
Aquellas gruesas cadenas quemaban en su hermosa piel cada que daba un movimiento, de sus labios salió un gemido de dolor debido aquello, movió su cabeza hacia la izquierda comenzando abrir sus ojos poco a poco, pudo divisar un pequeño rayo de luz que se colaba por un pequeño agujero, estaba mareada y aturdida, su nariz dolía aún y su cabeza igual. Se sentó a duras penas quejándose por el ardor en su cuerpo, giró su cabeza hacia la derecha para retirar el mechón de cabello que cubría un poco su cara, dio un respingo al notar una silueta justo en el último escalón de la escalera, achino un poco sus ojos para tratar de visualizar mejor a la persona.Cerró sus ojos negando con una sonrisa amarga en sus lindos labios.—¿Te dijo tu jefe que vinieras a tortur
El día transcurrió de manera tediosa, Isobel luego de haber asesinado aquellos hombres volvió a su habitación con respiración un tanto agitada, suspiro pesado sintiendo nuevamente sus ojos picar, frotó su ojo derecho mientras caminaba hacia su armario para cambiarse de ropa botando la que traía anteriormente, se colocó enfrente del espejo para mirarse fijamente notando sus ojos un poco rojos; Negó cerrando sus párpados llevando ambas manos a su rostro volviendo a negar, sintió una mano en su hombro cosa que hizo que alzara su vista.—Ellos vendrán por ti, Isobel—Su entrecejo se frunció con confusión mirándose así misma a un lado de ella, su voz era muy cálida y suave, sonrió de manera tierna dando caricias en su hombro dejando un suave apretón en el mismo. —
Último capítulo