(Segundo parte de la novela 5 cachorros para el Alfa) Aidan, el hijo de Lukyan y Dante ha nacido con la sangre de los cinco grandes alfas. Siendo el lobo más fuerte de su tipo no puede controlar su poder haciéndose daño. Lucian, el líder del Consejo sabe que Aidan lo reclama como suyo, pero no puede aceptarlo. Solo por el hecho que no quiere que él sea el remplazo del lobo que le dio a luz y que fue su primer amor. Pero Aidan hará todo para que él cambie de opinión, aun cuando su tiempo de vida es limitado y alguien amenaza otra vez a su familia. Versión Bl de Reina del alfa
Leer másEste libro es un segundo tomo, si deseas entender lo que ocurre en este es necesario leer el primero, 5 cachorros para el alfa que se encuentra en mi perfil.
Graciassssssss
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El aire era helado. Las paredes irregulares de cristales congelados distorsionaban las sombras provocadas por las pocas gotas de agua que usaban huir desde el techo. El delgado suelo transparente que amenazaba con romperse. Un lugar tan inhóspito, extraño y solitario donde nadie le gustaría estar.
Unos lentos pasos rompían el agotador silencio. La figura avanzaba por los diversos caminos que formaban un laberinto como si aquello fue su rutina diaria. Las luces proyectadas levemente se reflejaban en las largas mechas de cabello plateado alrededor de la inmensa e imponente figura. Litus, alfa de la manada de hielo se sentía como en casa.
El lobo avanzó confiado, aquel extraño lugar formaba parte de los terrenos de su manada desde hacía tantos años que se había perdido dentro de los registros familiares, pero eso no hacía que perdiera su valor como tesoro. Su hermano siempre se había negado de entrar allí. Siendo alfa de la manada de fuego, a pesar de ser gemelos tenían gustos totalmente diferentes.
Sus pasos eran medidos y suaves cuidando de no romper la fina capa de hielo que cubría los 30 kilómetros de profundidad de aquella extraña cueva. Nadie sabía su verdadero origen, ni su extensión completa, pero escondía profundos secretos. Uno de ellos era lo que ahora tenía delante de él. Sus oscuros orbes verdes se iluminaron al estar nuevamente delante del estanque de almas perdidas. Habían pasado 10 años desde la última vez que había estado allí, junto con los que le habían acompañado.
El agua tenía una coloración grisácea y a la vez cristalina. A su alrededor había diversas piedras de hielo que hacían que la temperatura fuera aún más baja allí dentro formando una leve costra de cristal atrapando todo lo que podía estar dentro. Se arrodilló y puso sus dedos sobre la superficie y tocando con cuidado. Apartó la mano de golpe y se levantó alarmado. Tragó en secó.
La supuesta costra no estaba, se había derretido y la temperatura del agua era varios grados más calientes. Frunció el ceño y retrocedió. La superficie del agua comenzó a moverse en diversas direcciones como si lo que estuviera atrapado allí adentro quisiera salir, pero ¿Era hora?
Estaba preocupado, aunque su rostro solo se endureció. Uno de sus trabajos actuales era mantener dentro aquello, y no dejarlo salir hasta que estuviera en su mejor estado, pero parecía que ya era muy tarde para contenerlo. Tal vez habían hecho mal las predicciones así que solo retrocedió más dándole espacio.
Los movimientos del estanque se debilitaron hasta que el agua quedó imperturbable. De pronto, desde el centro, una sombra se fue proyectando acercándose hacia la superficie desde las profundidades. Su avance era constante y poco a poco fue emergiendo. Primero la cabeza cubierta de negro cabello, después el rostro joven, el torso delgado, pero con ligeros músculos, la estrecha cintura, las atractivas caderas pequeñas pero que resaltaban en su anatomía, las torneadas piernas y por último, los pies que se acercaron al borde y se detuvo completamente fuera del estanque.
La figura masculina alzó el rostro enmarcado por el empapado y largo cabello que contrastaban con sus orbes plateados totalmente vacíos. Litus solo pudo tragar en seco. Era una imagen embriagadora y a la vez imponente. A pesar de ser un alfa con más de 400 años sus rodillas instaban a doblarse y mostrar temido respeto, pero no lo hizo, tampoco era como que aquella figura se lo impusiera.
El lobo desenrolló la enorme y gruesa capa que llevaba en sus brazos y la extendió. Dio unos pasos hacia el joven lobo delante de él y cubrió hasta los pies con esta amarrándola enfrente. Aún no podía creer que sus ojos lo tuvieran delante, con ese aspecto. La última vez que lo había visto apenas le llegaba a la cintura, ahora, era solo una cabeza por debajo de él.
-Abrígate, acabas de despertar y tu cuerpo necesita recuperarse-
El joven giró el rostro hacia él y esbozó una leve sonrisa, falsa que al menos rompía la fría expresión en su hermoso rostro. Litus no se molestó porque este fingiera, tenía sus razones muy claras como para no poderla hacer de verdad.
-Por favor, por aquí- le señaló el camino, aunque el lobo más joven terminó caminando suave a su lado adaptándose otra vez a mover sus piernas después de 10 años congelado.
Su cuerpo se sentía brutalmente transformado en todos los sentidos. Sus dedos entumecidos sin poderlos mover. Su espalda tiesa haciéndole difícil caminar, pero aun así no se detuvo. El viento frío y violento goleó su rostro cerrando sus ojos. El alfa se puso frente cortando la corriente de aire y él los pudo abrir los ojos, de nuevo, la nieve había salpicado sus rojos labios y oscuras pestañas.
-¿A dónde desea ir?- le preguntó el lobo haciéndole señas con la mano a los canes detrás de él que se iban acomodando para iniciar el viaje.
-A casa- fue lo único que salió de sus labios.
El tiempo pasó. Quizás para algunos se había detenido, como a Aidan, pero para otros no. Los sucesos vinieron uno tras otros. Las cosas en las manadas se movían como en la vida de los lobos.Hubo cambios muy grandes… entre ellos…Matías despertó completamente como un omega recesivo, un revuelo tal que el consejo tuvo que anteceder y donde Dmitri se hizo saber cómo el Comandante más despiadado de todas las manadas, él no dejaría que nadie tocara a quien sería el único lobo que declararía como su compañero. No fue un proceso nada fácil y tampoco Lukyan o Dante renunciarían a su hijo, a pesar de la amenaza que podría ser un omega recesivo. Ryan había dejado muchas mellas atrás.Por otra parte, Fallen pasaba bastante tiempo en la manada de hierro, su interés por el nuevo alfa era bastante notable. Sus padres se habían dado cuenta de ello pues cada vez que volvía pasaba algunos días muy pensativos.Axel y Sacha cada vez creían más. Sus entrenamientos estaban rindiendo frutos, aunque eso no
Era consciente que el tiempo de Aidan se había acabado, quizás hubiera durado un poco más sino hubiera luchado contra Ryan, pero ya era un mes, el mes que él le había dicho de estar a su lado. Él sabía que esto ocurriría desde el inicio. Y él... solo había desaprovechado el tiempo inútilmente. Si solo hubiera sabido antes.-Lu...cian- Aidan alzó la mano con lo poco que le quedaba de fuerza y acunó su mejilla- No será... mucho tiempo- le sonrió sonriendo como su dedo se mojaba y pudo ver como aquel duro y altanero alfa tenía los ojos brillantes y lágrimas que se escapaban de su mejillas- No llores.-Acaso esto es divertido Aidan- él ya no soportó más y lloró, no le importó su posición, ni quien era, solo era un simple lobo que estaba despidiendo a su compañero- No es justo. No juegas limpio. Apareces en mi vida y haces de él lo que deseas, y ahora te quieres ir así. Él se mordió el labio inferior.-No es algo... que pueda cambiar- se disculpó a su forma y eso hizo que Lucian alzara la
Y Lucian se estremeció al escucharlo. Sabía muy bien a que se refería. Él había sido un simple cachorro de apenas 10 años, pero demonios con lo que había hecho al despertar su poder.-Aidan- la voz de él salió un poco inestable.Él le sonrió.-Acaso no confías en mi lobo- él inclinó la cabeza- Porque no me muestras de lo que eres capaz ahora que te uniste con esa parte salvaje tuya. Estoy seguro que te estás conteniendo.El alfa le gruñó.-No hables de él.Él bufó internamente. Podrían haberse fusionado, pero Lucian era alguien sumamente celoso, y esto iba a ser un tema interesante, mas no ahora.-Si no quieres que lo menciones, haz tu parte- él forzó. Al igual que su madre, controlar a su pareja no iba a ser tan difícil después de todo. Solo tendría que usarlo… a él mismo.Fue entonces que escucharon un grave aullido y el cuerpo de Ryan se forzó a salir del circulo de fuego quemando su cuerpo en el proceso. El fuego de Aidan rostizó el resto de su pelaje cayendo este en el suelo todo
Lucian había escuchado que la conexión entre compañeros era sumamente fuerte, mas nunca se imaginó cuánto. Solo podía decir que estaba en completa sincronía con su lobo, Aidan.No importaba que movimiento hiciera, por donde atacara, no importara la velocidad, él estaba allí cubriendo su espalda de los dientes de Ryan. Cuando él saltaba sobre su cuerpo para desgarrar algún pedazo de él en un intento de llegar a su garganta y la boca de Ryan se encontraba cerca de él simplemente era congelada o quemada unos segundos, el tiempo suficiente para él poder hacer su trabajo.Ryan que para ese momento estaba completamente fuera de control, gruñía tan fuerte que Lucian sacudió la cabeza y Aidan se cubrió sus oídos con una inmensa molestia. Un hilo se sangre comenzó a escurrirse por este y él frunció el ceño.Y solo había sido un segundo para abrir los ojos y encontrar la boca de Ryan justo delante de sus ojos. Lucian maldijo y corrió hacia él golpeándolo con la cabeza y no había desgarrado el c
Así que Ryan se preparó para atacar cuando una línea de fuego se cruzó delante de él y retrocedió un paso. Al alzar la cabeza encontró que Aidan había dejado a sus dos lobos en lo suyo y estaba centrado en él. La imagen que vio le fue tan familiar que lo llevó a aquel momento donde había luchado contra la misma Lukyan. Era la viva imagen de él, hasta los mismos ojos, solo que su esencia… era mucho más fuerte.-No le harás nada a mi lobo, Ryan- la sonrisa en el rostro de él se había desvanecido. Cada uno de sus brazos comenzaba a llenarse con una bruma de diferente color y diversos hilos escarlatas y plateados respectivamente se desplazaban sobre la piel de ellos. Los ojos del lobo brillaron y su cabello se removió. Él esta vez iba en serio. Y ahora que no estaba en su cuerpo no tenía nada que lo limitara… podría usar su poder sin limitantes.Lucian y su lobo sintieron la presión y el cambio en el ambiente alrededor de ellos. Y tragaron en seco al ver a Aidan, realmente era intimidante
Lucian jadeó cayendo de rodillas sobre la tierra aplastando una buena cantidad de flores blancas. Qué irónico que estuviera luchado en el mismo lugar donde había visto a Aidan por primera vez en su conciencia y lo había declarado como suyo*. Su cuerpo entero, su piel estaba llena de heridas por todos lados. Algunas tan profundas que llegaban al hueso. Y aun así obligaba a su cuerpo a moverse. La única satisfacción era que su enemigo estaba en el mismo estado.Para ese momento, después de tantos mordiscos, incluso él sin estar en su forma animal, arañazos, golpes y demás, Ryan y él estaban en un punto muerto… y todo amenazaba con seguir de igual forma.Eso no era nada bueno. Sabía que su lobo buscaría una forma de entrar en él y ayudarlo. Y podía ser todo menos eso. Lo mantendría lo más alejado de Ryan que pudiera. Pero no estaba siendo nada fácil.Había perdido la percepción de cuando llevaba luchando. Estaba agotado y aunque todo ocurriera dentro de él se sentía tan real, así como el
Último capítulo