La vida matrimonial de Aitana se desmoronó cuando, después de cuatro años, su esposo cayó rendido ante su amor de juventud, intentando revivir una historia del pasado que le causaba remordimiento. A pesar de que Aitana Balmaceda lo amaba con toda su alma y se esforzó por mantener vivo su matrimonio, su esposo la humilló mientras abrazaba a su antigua novia: —No tienes nada que me atraiga, Aitana. Tu frialdad me resulta insoportable, ni siquiera logras despertar el más mínimo interés en mí como hombre. Con el corazón hecho pedazos, Aitana decidió dar un paso al costado y alejarse manteniendo su dignidad intacta. ... El destino los volvió a cruzar tiempo después, pero Damián Uribe fue incapaz de reconocer a quien fuera su ex esposa. Había dejado atrás su imagen de ejecutiva severa para dar paso a una mujer cálida y cautivadora. Los hombres más importantes de la sociedad caían rendidos ante sus encantos, incluyendo al poderoso Miguel Valencia, quien reservaba sus sonrisas exclusivamente para ella. Esta nueva realidad enloqueció a Damián. Se convirtió en una sombra nocturna frente a la residencia de su ex esposa, desesperado por recuperarla con regalos ostentosos y cheques en blanco, dispuesto incluso a entregar su alma si fuera necesario. Cuando la gente, intrigada, preguntaba sobre su historia con Damián, Aitana respondía con una sonrisa tranquila y despreocupada: —El señor Uribe es simplemente un capítulo cerrado en el libro de mi vida.
Leer másAitana recogió los documentos dispersos y se encontró con un acta de adquisición: una compañía controladora había adquirido "Solutions Valencia".Sorprendida, miró el documento un par de veces y lo dejó en silencio.Damián, adivinando sus pensamientos, comentó con indiferencia:— Maite no llegó a tiempo al vuelo. Fue tras ellos pero no los encontró. Esta tarde estaba llorando por teléfono.Aitana se mantuvo distante.Damián bajó la voz, hablando con suavidad:— ¿Qué pasa? ¿Sigues evitándome?Aitana, incapaz de soportar la provocación, respondió fríamente:— ¿Por qué tendría que evitarte? Hace tiempo que no somos un matrimonio legal.El hombre la miró fijamente. Después de un momento, sonrió disculpándose:— Hablé de manera inapropiada, ofendí a la señorita Balmaceda. Te pido disculpas... no te enojes.— No hay razón para enojarme.Aitana soltó esta frase y se fue a duchar.Estos días, ocasionalmente compartían la cama, pero no había pasado nada entre ellos, ni siquiera abrazos en la no
Maite se quedó inmóvil. Nunca se había planteado esa pregunta. Desde que se casó con Miguel, amarlo parecía un instinto natural. Siempre había girado en torno a él. Pero jamás se había preguntado si todavía lo amaba....Durante una semana, Maite estuvo reflexionando, considerando si debía renunciar y viajar al extranjero.El viernes por la tarde, a las dos, en un almuerzo de negocios en cierto hotel.Maite, con un elegante vestido blanco, atendía a los invitados junto a su jefe. Aprovechó un momento para mirar su teléfono y vio un WhatsApp de Miguel."Dana y yo te esperamos en el aeropuerto."...Maite se quedó momentáneamente distraída.Su jefe, Simón Zuloaga, le preguntó sonriendo:— ¿Alguna urgencia?Maite negó con la cabeza.Simón señaló con la barbilla:— El proyecto está prácticamente cerrado. La próxima semana, en la reunión de la empresa, propondré que seas la subdirectora del proyecto. Sigue así, Maite, tu futuro no tiene límites.Maite sostenía una copa de champán y brindó s
Milena pensó para sí: ¡¿Un pequeño gesto?!...Por la noche, en Valle Dorado.Miguel estaba con su hija cuando recibió una llamada de su asistente, informándole que una empresa había adquirido directamente el treinta por ciento de las acciones, sin siquiera regatear.El asistente comentó asombrado:— Esa empresa tiene verdadero poder adquisitivo. Cuatrocientos cincuenta millones de dólares y ni siquiera pestañearon.Miguel sostenía el teléfono, adivinando quién estaba detrás de todo...Aparte de Damián, no había muchos en Palmas Doradas con ese poder económico. También intuía por qué Damián había comprado las acciones: simplemente para saldar una vieja deuda de gratitud.El asistente añadió que mañana le entregarían el cheque.Miguel asintió.Apenas colgó, Maite regresó.Vestía un traje blanco y, probablemente agotada después de un largo día, se quitó los tacones nada más entrar. Le preguntó a Miguel:— ¿Estabas hablando por teléfono? ¿Cómo estuvo Dana hoy?Miguel dejó el teléfono y co
La calidez de aquella mujer entre sus brazos, con su piel suave y su perfume embriagador... ¿cómo podría Damián permanecer indiferente?Pero no podía ceder.Le habló con dulzura a la mujer que sostenía, diciéndole que todavía había tiempo para Mateo, recordándole que acababa de someterse a un procedimiento y que su cuerpo no estaba en condiciones para la intimidad...Aitana fue tranquilizándose gradualmente.El sol del atardecer teñía de naranja los cristales de la ventana, como llamas que lamían el vidrio.La habitación quedó envuelta en un resplandor cálido, como si cubriera a la pareja con un velo de ámbar. Para sorpresa de Damián, Aitana no lo apartó; sus delicados brazos seguían rodeando su cuello.En realidad, estaba asustada.¿Qué padre no sentiría miedo?Después de años juntos, Damián la conocía bien. Era evidente que Aitana había llorado. La abrazó, acariciando suavemente su espalda, consolándola con ternura:— Mientras yo esté aquí, a Mateo no le pasará nada.Aitana levantó l
Miguel frunció el ceño:— ¿No puedes tomarte un día para estar con la niña?Maite respondió con frialdad:— Hoy tengo un compromiso importante, si consigo este contrato yo...Miguel miró a su esposa en silencio, como si no la reconociera.Después de un largo momento, dijo en voz baja:— Dana necesita a su madre.Maite respondió automáticamente:— También necesita a su padre, ¿por qué no renuncias tú y te quedas con ella a tiempo completo? ¿Por qué tengo que ser yo quien sacrifique su carrera?Miguel no dijo nada más. La pareja se separó en malos términos.Él cargaba a Dana mientras veía a su esposa subir al auto e irse, observando su apariencia eficiente y competente.Sabía que Maite siempre había pensado que él no la amaba. Pero, ¿cómo podía no amarla? ¡Estaba esperando a que ella madurara! Su tolerancia, su paciencia... ¿acaso eso no era amor?Después de un rato, Miguel apoyó su frente contra la de Dana:— Yo estaré contigo, Dana.Dana sufría un leve autismo y necesitaba la compañía
— Suéltame...Pero el hombre no escuchaba, sus ojos negros estaban llenos de pasión. Con una mano sostuvo su rostro, como si quisiera devorarla por completo, e incluso tomó su brazo para colocarlo alrededor de su cuello.Quería que ella lo mirara, que viera cómo la besaba. Todo se volvió caótico.Ese amor y odio reprimidos estallaron completamente, transformándose en un enredo físico.Afuera, la lluvia fina persistía. La pareja no cruzó la última línea, y Aitana, apoyada contra el hombro de él, habló con voz suave y desesperada:— Damián, todavía te odio.La camisa de Damián estaba desarreglada mientras abrazaba el suave cuerpo de la mujer, con la voz empapada de emoción:— ¡Lo sé! Aitana, ¡lo sé!Las lágrimas calientes rodaron por sus mejillas.Aitana no permitió que Damián las viera; era su momento más vulnerable....Al anochecer, Damián regresó a la habitación principal. La maleta quedó descuidadamente en el vestidor. Primero fue al baño y se duchó. Mientras el agua caliente recorr
Aitana había dicho que quería quedar embarazada porque deseaban otro bebé.Al igual que Mateo, Damián encontró redención en esas palabras. En ese momento, su corazón se ablandó completamente y sus ojos se llenaron de ternura.Hacía mucho tiempo que no experimentaba esa sensación.Probablemente porque al sentir que tenía un hogar, una nueva confianza se encendió en su interior.En la habitación, Aitana terminó de arrullar a los niños hasta que se durmieron, se levantó con cuidado y regresó a su dormitorio.Al girar, se sobresaltó visiblemente. ¿Damián había vuelto?Damián dejó su equipaje, se quitó la gabardina con una mano y la colocó descuidadamente sobre la maleta, mientras se dirigía hacia el interior:— Terminé los asuntos pendientes y, preocupado por los niños, regresé esta misma noche... Voy a verlos.Aitana asintió y se recostó en el sofá, tomando un libro sobre crianza para hojearlo.Después de un rato, sintió hormigueo en las pantorrillas, que ocasionalmente sufrían calambres.
La cocina estaba en silencio, con Damián frente a la encimera, preparando los ingredientes.Camisa negra, pantalones negros, hombros anchos y cintura estrecha.Imponente y distinguido.Su silueta era atractiva, perfecta para que una mujer se recostara en ella. Esta imagen había sido algo que Aitana anhelaba intensamente, pero ahora solo provocaba suspiros y tristeza.Aitana se apoyó en el marco de la puerta, observando en silencio cómo cortaba las verduras. Parecía estar preparando comida italiana.Ensalada, pasta y chuletas de cerdo al estilo italiano.Aunque operaba con una sola mano, Damián se movía con destreza, evidencia de que cocinaba frecuentemente para Mateo... Su expresión era suave y serena, completamente diferente al Damián de años atrás.El Damián actual ya no frecuentaba los círculos sociales, parecía un buen hombre de familia.Aitana intentó marcharse sin molestarlo, pero Damián notó su presencia. Levantó la mirada hacia ella y con voz tierna dijo:— Espera un poco más,
Lucas se quedó paralizado.¿Susana Paz?Ese nombre parecía venir de un pasado muy lejano.No la había vuelto a ver desde que salió de prisión, ni se había preguntado dónde estaba. Quizás nunca la había amado realmente.Damián adoptó una expresión seria y observó en silencio a su primo:— El puesto de vicepresidente en Puerto Real es una posición que le prometí.— En cuanto a ti, si no quieres quedarte en Puerto Real, puedo encargar a otra persona que tome el mando. Puedes volver a Palmas Doradas y continuar con tu vida de juergas, pero debo decirte que Susana tuvo una hija tuya. Por simple decencia, deberías llevarla ante la tumba del abuelo, informarle y reconocer su linaje....Al terminar de hablar, Lucas lo fulminó con la mirada.Lucas conocía perfectamente a su primo. Había estado fuera de prisión por tanto tiempo y este desgraciado no había dicho nada, pero ahora de repente soltaba toda esta información. Seguramente era porque lo consideraba un estorbo, porque había descubierto a