DESPUÉS DE ESTAR CASADA DOS AÑOS CON EL PODEROSO ALFA LEONARDO SALVATORE, LIDER DE LA MANADA LUNA DE PLATA, EL NO HA DEJADO DE AÑORAR A SU PRIMER AMOR. EL ME OBLIGA A DARLE DE MI SANGRE A ESA MUJERZUELA, LEONARDO A PESAR DE AMARLO CON LOCURA DESDE QUE CUMPLÍ LOS DIESICIETE AÑOS, HA DEJADO QUE TODA LA MANADA CONSIDERE A SU AMANTE SU VERDADERA LUNA, UNA NOCHE QUE SE HABÍA BEBIDO TODO EL VINO DE SU DESPACHO, ME TOMÓ APASIONADAMENTE DEJÁNDOME EMBARAZADA DE SUS CACHORROS, PERO AHORA SU AMANTE Y SU MANADA QUIEREN MATAR A MIS HIJOS Y YO TENGO QUE HUIR PARA PROTEGER SU VIDA, SU PADRE NO LOS AMA, EL NO LOS DEFENDERÁ, SOLO ME TIENEN A MÍ, A LA LOBA QUE CREEN LA MÁS DÉBIL DE LA MANADA.
Leer másEl Alfa Romano, a pesar de haber llevado a Alejandra como maestra para su hijo, no permitió que comenzarán con las clases hasta que estuviera completamente recuperada. En un salón de clases que se había preparado especialmente para el pequeño cachorro heredero, Ale llegaba con un libro en mano. — Joshino, ven aquí, te vas a sentar y vamos a repasar la lección que fué aprobada por tu padre. — Está bien, tu si me agradas, el otro maestro que tenía no me gustaba. — Me alegra escuchar eso, no quisiera que tú padre me despidiera. Si no con que mantendría a mis cachorros. — Decía Ale mientras le sonreía al hermoso lobezno. — Esos lobitos comen mucho, pareciera que son hijos de un Alfa. Ale se tensó un poquito, no quería que supieran que sus hijos eran en realidad hijos de un poderoso Alfa. — Solo es que son muy glotones... — Pues si. Oye Alejandra, ¿En dónde está el padre de tus cachorros? Porque... Ellos tienen que tener un papá, así como yo tengo a mi padre, ¿Cierto?
Un coche amplio los esperaban en la puerta, el chófer al verlos salir de inmediato bajó para abrirle la puerta a la madre que cargaba un cachorro, a su Alfa que también tenía un lobezno en brazos, y al beta que seguía batallando con el cachorrito que llevaba. — Vamos al castillo Romano. — Ordenó el Alfa. Ellos se marcharon mientras que la loba Carmina observaba la escena con rabia. Joshua no pudo haberla cambiado por una maltrecha madre de tres cachorros. — ¡Me las pagarás Joshua, te lo juro que me las pagarás...! — Dijo para si la furiosa loba. No aceptaba que después de estar tan cerca de cumplir su sueño, lo hubiera perdido así tan derrepente. — ¿Qué pasó con esa loba? Eres un Alfa soltero. Tienes el derecho de rehacer tu vida, o tener una pareja sexual. — Sé que lo tengo, estuvimos juntos un tiempo como ya escuchaste, pero ya se acabó. — Ella dice que la dejaste sin razón. Nadie se merece que lo dejen así, parece que te quiere y está desesperada por hablar conti
Ese mismo día en la tarde, Alejandra fue dada de alta por los médicos al igual que los lobeznos, por fin se los podría llevar, solo que... ¿A dónde? Los hermosos cachorros ya estaban vestidos todos en un enterito azul, unas esponjosas orejitas sobresalían de sus cabellos, a ellos les gustaba estar así. — Mis pequeños, se ven tan bellos en estos trajecitos. Ya es hora de que nos vayamos de aquí, por fin se terminaron las agujas y los medicamentos. Desde ahora serán los cachorros más sanos del mundo. La madre hablaba con los traviesos lobitos. Ellos estaban despiertos y no dejaban de moverse. Unos toquidos a la puerta la interrumpieron, ella no esperaba a nadie. La loba Sofía había comenzado a trabajar en el hospital, y le habían adelantado una parte de su sueldo, ella se lo había dado a Alejandra para que rentaran un lugar modesto para vivir. — ¿Se puede? Veo que ya están listos para dejar el hospital, ¿Eh? Me alegra que los lobeznos estén mucho mejor. — Decía el Alfa m
Los días pasaban y el Alfa Salvatore no regresaba al territorio Luna De Plata, él solamente enviaba por más provisiones a sus centinelas y seguía en su incansable búsqueda. La tristeza del rey Leonardo se iba haciendo cada vez más evidente, su corazón estaba vacío sin sus cachorros y sin su luna. Deseaba con toda su alma encontrarlos y traerlos con él de regreso al castillo Salvatore, pero el destino parecía tener otros planes. — Leonardo, hay cosas importantes que atender en la manada, no te puedes ausentar tanto, si nuestros enemigos se enteran van a intentar atacar el territorio. — El beta Patricio le decía a su Alfa. — No voy a regresar, no me voy a rendir todavía, ordenaré que Angelino y Damiano regresen a la manada para que la salvaguarden, con dos Alfas Salvatore ahí, esos chupasangre no se atreverán a atacar. Envía mi orden con dos guerreros, que salgan de inmediato a informarles a mis hermanos que deben volver. El Alfa se refería a los clanes de vampiros enemigo
La conversación había abierto las heridas del Alfa, y recordado el dolor de la luna, pero era inevitable hablar del pasado. El rey llevó a acostar a Alejandra, pronto ella se quedó dormida, entonces él salió de la habitación y dejó órdenes precisas en el lugar a dos de sus centinelas. — Que nadie pase a molestar a la loba Alejandra, mucho menos a Carmina. Ustedes me responden por lo que sea que suceda a ella y a los cachorros. — Entendido Alfa. El beta Patricio caminó detrás del Alfa, salían del hospital para volver al castillo. Había cosas que hacer allá. Pero era evidente que algo había pasado. Apenas llegaron al despacho, el beta preguntó. — ¿Vas a contarme lo que sucedió en la habitación de la luna? No te ves nada bien. — Tuve que decirle que mi luna había muerto, ella creía que yo la engañaba con Carmina, y que teníamos el descaro de dejarla actuar como la luna de la manada. — Pero... Si a ti no te gusta hablar de Sofía. Además ¿Desde cuándo das explicaci
El Alfa no daba explicaciones a nadie, mucho menos de sus asuntos personales. Y aunque no era secreto para nadie que Carmina era su amante. El nunca había pensado en convertirla en su luna. Las palabras de Alejandra, dejaron por un momento sin palabras al rey. No podía evitar que cada vez le intrigara más la vida que había tenido esa herida loba antes de haberla encontrado. — No se que habrás vivido en tu anterior manada pero las cosas aquí no son como piensas. Esa loba que vino a verte había sido mi amante por bastante tiempo, eso es verdad. — ¿Qué quieres decir con que había sido? ! Tú...! ¿Cómo puedes ser tan descarado y hacerle esto a tu luna y madre de tu hijo? Es que... No entiendo a los lobos como tú. ¿Acaso piensas en lo mucho que lastimas a tu compañera? ¡Seguro que está.... Sufriendo por saber que le eres infiel! — Muerta... — ¿Qué...? — Alejandra sintió que le habían dado un golpe en el rostro al escuchar esa dura palabra así de pronto. — Dije que mi luna e
La enfermera Sofía no sabía a ciencia cierta como podrían vivir en el mundo de los humanos, no traían nada consigo, ni joyas, ni dinero, nada valioso que las ayudara. Pero confiarían en qué la diosa luna las ayudaría. A media mañana, la loba Carmina llegaba al hospital, ella vestía elegante. Caminaba con una altivez que te hacía pensar que era la luna de la manada, pero no era más que la amante del rey. — Buenos días, quiero visitar a la loba que rescataron fuera del territorio, he traído algo de fruta para ella. — Dijo Carmina en la recepción. — Por supuesto, ella está en la habitación ochocientos veinticuatro — La amable loba le dió las indicaciones. La puerta de la habitación se escuchó, Alejandra recién se acababa de duchar con la ayuda de la enfermera Sofía, ella estaba en la cama por insistencia del doctor. — Sofía por favor revisa quién está tocando. La enfermera abrió la puerta, entonces apareció la sensual figura. — Buenos días, soy Carmina Llanos, me enter
El Alfa Romano que bebía un trago de whisky, le escupió el líquido a su beta que estaba sentado justo frente a él, solamente separados por el fino escritorio de madera. — ¡Carajo, Joshua, mira nada más como me dejaste! Me acabo de duchar y de ponerme ropa limpia. — El beta se apresuraba a limpiarse con un pañuelo. — Tu tienes la culpa, me das esa información así de la nada, ¿Cómo quieres que reaccione? Dime, Ivanko, ¿Por qué dices que Alejandra puede ser una luna? Eso no me lo esperaba, pero... Espera un momento. — ¿Qué? ¿Qué notaste? A ti muy pocas cosas se te escapan de los ojos. — Dirás de mi intuición. Estoy cayendo en cuenta que Alejandra, en ningún momento me ha hablado de usted, ella me habla como su igual, me enfrenta y me... grita, como si fuera una loba de alto estatus. ¡¿Cómo no me di cuenta antes?! Alejandra es la luna de una manada y huyó porque se quieren deshacer de los herederos del Alfa. — Exacto, tienes toda la razón, pero para que una luna quede así
Justo en ese momento en que Alejandra y el Alfa Romano recordaban sus tristes pasados. una voz se escuchó. — Papá, estás aquí, ¿Eh? He estado preguntando por ti, pero siempre me dicen que estás ocupado. Un bello cachorro de cuatro años con la misma estampa de su padre, ojos azules, cabello blanco y su misma esencia, llegaba hasta Ale y el imponente lobo. — Joshino, ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar tomando tu lección. — el Alfa enarcó una ceja. Alejandra se había quedado sorprendida. Entonces el Alfa era padre de un lindo cachorrito. — La lección estaba aburrida, me escape del maestro. En ese preciso momento un lobo de aspecto maduro y de vestimenta antigua llegaba corriendo buscando a su alumno. — Jovén príncipe, se ha escapado de nuevo, su padre el Alfa, ya le había advertido que no lo hiciera. — Regalaba el maestro. — Quería ver a papá, además esa lección de matemáticas no me gusta, esas cuentas ya me las he aprendido. Solo me aburro y me da sueño