El príncipe Soren Kalevi, monarca del reino de los dragones de hielo, es conocido por tener el corazón tan frio como su reino mismo, pero una apremiante necesidad lo obliga a forjar una alianza con un pequeño pueblo agricultor. Pero todo pacto requiere una garantía, un matrimonio por contrato que obligue a ambas partes a cumplir con sus acuerdos. La princesa Ailén, sobrina del rey de Liam, será la elegida para este acuerdo, pero ¿su espíritu indomable será compatible con la dura coraza del príncipe de hielo? O quizás solo ella tenga la clave para derretir su helado corazón. En medio de la guerra, los secretos y las traiciones, el amor tendrá que romper las barreras y pasar las más duras pruebas para sobrevivir y unir dos almas que parecían tan distantes y a la vez unidas por el destino mismo.
Leer másKrad se sentía inquieto, casi tanto como yo, a pesar de ser un dragón fuerte y temerario, en estos momentos se veía bastante inquieto, nervioso. Llevábamos varias semanas planeando el ataque, sabía que mis hombres tendrían una desventaja notable en las tierras del reino de los dragones de fuego, pero no había otra opción, debíamos atacar.
Al ser nosotros del reino de hielo, las altas temperaturas nos afectan demasiado, perdiendo fuerza rápidamente, pero era imprescindible atacar, el rey de fuego no podía seguir manteniendo el control del trono, su avaricia y sed de poder me había arrebatado todo aquello que amaba, mis padres, la libertad de mi pueblo… y ahora a mi amada.
Estábamos a la espera de que el grupo de guardias del reino aliado llegara, no podíamos adelantarnos, requeríamos el apoyo de personas que no se vieran afectadas por las altas temperaturas, pero el tiempo se estaba acabando, algo en mi interior me hacía sentir intranquilo, de alguna manera, el vínculo que me unía a ella me permitía sentir su ansiedad, sus miedos… me costó trabajo entender los motivos por los cuales había hecho un vínculo con alguien de un reino diferente al mío, pero ahora lo sabía, después de todo lo que he averiguado en las últimas semanas ahora al fin lo entiendo.
Esta ansiedad me está matando, de la nada Krad lanza un rugido, sé que puede sentirlo él también a través de nuestra unión, extiende las alas y corro hacia él, subiendo a su lomo segundos antes de que el emprenda vuelo, puedo escuchar los gritos de mi gente llamándome sin entender lo que está sucediendo, pero no hay tiempo para regresar y dar explicaciones, es ahora o nunca… su vida está en riesgo…
Mientras volamos a toda velocidad directo a un enfrentamiento que puede costarnos la vida, la historia de mi entera existencia comienza a cruzar por mi mente, como cada suceso a través de los años me encaminaron directo a este preciso momento…
Mi nombre es Soren Kalevi, príncipe heredero del reino de los dragones de hielo, hijo del gran rey Olwen y la noble reina Ava. Desde pequeño fui instruido por mi padre para heredar el reino sin saber que esto sucedería a muy temprana edad, cuando la avaricia se apodero de una persona que había jurado lealtad y protección, y termino por traicionar la confianza de mi padre y la familia completa, dejándome huérfano al cuidado del guardia real Likantor y con la única compañía de mi primo de sangre Prágus a quien siempre consideré mi hermano.
Esto sucedió una noche, cuando yo tenía 8 años. Mientras dormía en mi alcoba escuche ruidos de pasos en el pasillo, el tintinear de un metal me hizo sobresaltarme, salí despacio sin hacer ruido, con cautela comencé a avanzar por el pasillo en dirección a la habitación de mis padres, no sabía lo que estaba pasando, pero algo en mi interior me tenía muy inquieto, y pasara lo que pasara, sabía que no había lugar más seguro que los brazos de mi padre y el regazo de mi madre.
Al avanzar pude ver cosas tiradas en el piso, como si alguien hubiese tenido una pelea, seguro eso fue lo que me despertó, quería creer que el viento lo habría irado, aunque bien sabía que era una posibilidad absurda. Al acercarme más a la habitación de mis padres pude escuchar quejidos y golpeteos, mi corazón comenzó a latir con fuerza, sea lo que sea que estuviera pasando, sabía que no era nada bueno, mi instinto me decía que me alejara y corriera a esconderme, pero mi padre me enseñó a ser valiente y justo ahora no podía decepcionarlo, sobre todo cuando pude escuchar un grito ahogado de mi madre, como si le hubiesen cubierto la boca mientras la estaban lastimando. Al escuchar esto, mi cuerpo entero se heló por unos segundos, pero de inmediato entendí que no podía quedarme ahí parado, quien sea que estuviera en la habitación al final del pasillo estaba haciéndole daño a mi familia y no lo podía permitir, mis pies comenzaron a moverse con lentitud, ganando velocidad poco a poco, buscando en el camino algo, cualquier objeto que pudiese usar como un arma. Estaba terriblemente asustado, no era más que un pequeño niño, ¿Qué podía hacer yo contra unos malhechores?, pero eso no importaba, no fue suficiente para detener mi avance… justo cuando el ruido en la habitación ceso, sentí el fuerte agarre de mi brazo que me jaló hacia atrás, mi boca fue cubierta por una mano antes de que pudiese gritar, intenté zafarme, pero el agarre de mi secuestrador era muy fuerte. Él se acercó a mi oído y me indico que guardara silencio, que no me haría daño, y justo en ese momento, un grupo de extraños pasaron corriendo frente a nuestro escondite, no pude verles las caras, mis ojos se concentraron en las manchas de sangre que cubrían sus ropas y las espadas que cargaban.
En ese momento sentí que mi alma se escapó de mi cuerpo, la respiración se detuvo y mi corazón estaba a punto de explotar, no pude pronunciar palabra alguna, deseaba gritar, correr detrás de ellos y matarlos, aún no había visto lo que habían dejado atrás, pero al no escuchar más ruidos, entendía perfectamente lo que había sucedido…
Yo estaba en shock aun no podía creer lo que acababa de ver, el extraño me levanto del suelo y me cargo mientras caminaba cauteloso hacia la habitación de mis padres, yo no opuse resistencia, aún estaba tratando de procesar la imagen de las espadas ensangrentadas que pasaban una y otra vez en mi cabeza, al entrar a la recamara, quise bajarme de sus brazos y comprobar lo que mis más grandes miedos estaba susurrándome al oído, pero el intruso no me lo permitió, al contrario me abrazo de tal manera que quede completamente de espadas, con mis piernas alrededor de su cintura y mi rostro recargado sobre su hombro, no necesité ver, el golpeteo fuerte de su corazón contra mi pecho y su respiración entre cortada me lo decía todo… mis padres habían partido a la tierra de los dioses, sus vidas acababan de ser arrebatadas salvajemente por los intrusos que ahora mismo estaban tratando de escapar, o peor aún, ahora me estaban buscando.
Este extraño era mi única esperanza, no lo conocía, pero de haberme querido muerto, lo hubiese hecho desde un principio, o no me hubiese escondido de los asesinos, no sé quién es, ni que hace en mi castillo, pero por ahora no me queda más que seguirlo. El hombre me abrazo con fuerza y comenzó a correr por el pasillo, mientras me decía “debo dejarte en un lugar seguro antes de marcharme”, no tenía idea de quien sea este intruso, pero algo era claro, no debía estar aquí, o de lo contrario no estaría tratando de escapar.
A lo lejos se podía escuchar a los asesinos azotar puertas y tirar cosas, pude escuchar los gritos de algunos sirvientes cuando sus vidas era arrancadas de su cuerpo solo por cometer el error de atravesarse en su camino o negar la información que les pedían.
El hombre que me llevaba en brazos continuó avanzando con cautela, escondiéndose cuando creía escuchar cerca a mis enemigos. En un momento se detuvo y susurró a mi oído “¿en quién confías ahora que no están tus papás?, piensa en alguien a quien le confiarías lo más importante de tu vida”
– En mi primo, pero tiene casi la misma edad que yo, estaríamos en igual peligro, y además mi tío… pero, él suele discutir mucho con mi papá, a veces lo he escuchado hablar mal de él cuando cree que nadie lo escucha… podría ser… ¡Likantor¡, si, mi papá me ha dicho que es su hombre de mayor confianza, su mano derecha, qué si algún día necesito que alguien más me proteja, él lo hará con su propia vida. –
– Entonces hay que buscarlo, ¿dónde puedo encontrarlo? –
– Es el jefe de la guardia, pero no está aquí, lo enviaron a proteger una aldea que estaban atacando fuera del reino –
En ese momento me percaté de una cosa, y al mirar la expresión de mi acompañante, pude confirmar que mis sospechas no eran descabelladas… esto fue planeado fríamente, enviaron a los guardias a “defender” un supuesto ataque lejos del reino para poder desproteger el castillo, aunque aún no podía entender donde estaban los guardias reales, los que se supone que deben estar protegiendo a la familia real, ¿Dónde estaban ellos?, ¿sería acaso que fueron ellos mismos quienes nos traicionaron?, sea quien sea el traidor, estaba aquí mismo, dentro del reino y muy probablemente dentro de las paredes de mi propio hogar…
Mis lágrimas comenzaron a correr por mi cara, el dolor, el coraje y la frustración se aglomeraban en mi interior haciendo que cada fibra de mi cuerpo se sintiera adolorida.
El hombre volvió a sujetarme con fuerza y me dijo “debemos salir del castillo y ocultarnos, al menos hasta que la guardia real regresé y puedan protegerte, yo solo no podre contra todos ellos”, yo asentí con mi cabeza, bien sabía que no tenía otra opción. Empezamos a dirigirnos hacia la salida, dejando atrás los gritos de dolor de mis sirvientes, deseaba ayudarlos, protegerlos como lo mandaba mi obligación, pero sabía que no podía hacerlo, lo mejor sería escapara para después encontrar a los culpables y hacerlos pagar.
Yo iba mirando hacia atrás, cuidando la espalda del hombre que intentaba protegerme, así que no pude ver en qué momento nuestros enemigos nos cerraron el paso, me percaté en el momento en el que el joven se detuvo en seco casi tropezando con sus pies, mientras nuestros atacantes gritaban algo que me dejó helado en el momento que lo entendí…
– “Es él, es el príncipe Yuvén, ¡mátenlo!” …
¿el príncipe Yuvén?, “he escuchado ese nombre”... intente recordar, y en fracción de segundos de inmediato recordé las lecciones que mi parde me había dado, donde había nombrado al actual rey del reino de fuego y a su hijo quien heredaría el trono, nuestros más grandes enemigos y perseguidores, un reino que se había encargado por años de intentar exterminar a mi gente, a mi pueblo, un reino que fue causante de la desaparición de los reinos de arena y agua, y que por generaciones han intentado exterminarnos a nosotros también… y ahora aquí estaba, el príncipe heredo de esa detestable nación, justo frente a mí, desenvainando su espada para protegerme de los invasores, que al reconocerlo, era evidente que eran de su mismo reino… ¿pero porque lo querían matar?, ¿ acaso todo esto no era más que un truco barato para desaparecerme?... ¿pero si fuera así, porque estaba dispuesto a perder la vida por proteger la mía?...
De pronto, de la nada el nombre de Ailén cruzo mi mente… ella tenía experiencia con animales y personas, algo debía poder hacer en este caso. Salí rápidamente de la cueva entre tropiezos y tomé uno de los caballos de los guardias que estaban a la espera de mis órdenes.Galope rápidamente hacia el castillo, y a pesar de que el caballo iba a toda velocidad, el camino se me hacía eterno. No deseaba perderlo, mientras intentaba con todas mis fuerzas evitar que un pensamiento de muerte inminente se apoderara de mi mente, el miedo de no llegar a tiempo poco a poco se iba a apoderando de mi ser.Krad no solo era el protector de mi pueblo, si bien, perderlo implicaba quedar a expensas de Hashim, por otro lado, era perder una gran parte de mí, y no solo lo decía por el vínculo que compartíamos, desde que quede huérfano, él ha formado una parte primordial de mi vida y mi educación, es quien me ha ayudado a forjar mi carácter y formar mis valores, ha sido casi como un padre para mí en todos esto
Entre más se acercaba el invierno, los ataques de Hashim a los pueblos cercanos a mi reino eran cada vez más y más seguidos. Él sabía que dependíamos de ellos para conseguir las provisiones para el sustento de mi gente, por lo tanto, eran la vía perfecta para poder debilitarnos y a la vez obligarme a salir, pues bien sabía que no me quedaría de brazos cruzados viendo como personas inocentes sufrían solo por llegar a mí.Estos días nos vimos en la necesidad de salir varias veces, el rey de fuego ha enviado varios grupos de ataque por tierra. Afortunadamente ninguno ha sido lo suficientemente fuerte como para dañar a mis guardias. Siento que algo está tramando, sin embargo, aún no logro descifrar que sea.Me siento en verdad agotado, entre todas las actividades en el reino y las constantes salidas a contrarrestar los ataques, me han ido agotando la energía y la paciencia. Ahora tengo un trabajo más, re localizar a nuestros aliados a un espacio lejos del alcance de Hashim, pero para logr
Rápidamente ella giro su mirada intentando buscar una salida de donde yo la estaba acorralando, no había sido mi intención en un principio, pero su agitado corazón y su rostro enrojecido me estaba provocando la necesidad de acercarme cada vez más.Deseaba que sus cristalinos ojos me vieran mientras hablaba con ella, quería que supiera que lo que estaba a punto de decir me salía directamente del corazón y eran palabras sinceras…La tomé por la barbilla y levanté su rostro con delicadeza hasta que nuestras miradas se conectaron. Al tocar su piel, podía sentir como todas sus emociones se filtraban a través de mis poros, como una dulce brisa de mar que anuncia una tormenta… ¿miedo, enojo, ansiedad?... no, había algo más, algo que se sacudía con fuerza en su interior creando una onda de choque se impactaba directamente contra mi pecho.Tan solo logre pronunciar una palabra, una sola antes de que una ola de deseo frenético de besarla y tomarla entre mis brazos recorriera cada una de las fib
La simple idea de que Ailén fuera como su prima, interesada, me hacía sentir en verdad mal; molesto… dolido…Al llegar a la habitación me deje caer mi ropa al suelo y me apresure a darme un baño, necesitaba poner en orden mis emociones y mis pensamientos. Mientras el agua dejaba caer el agua a chorros por mi cuerpo, poco a poco comencé a pensar en las diferencias entre ambas y aun sabiendo que había varias, todavía me sentía un tanto inquieto.Sali del baño enredando una toalla en mi cintura “¿En verdad cachorro crees que ella sea como su prima?”“No sé qué pensar Krad, la escuchaste… encima de que ahí estoy a sus pies preocupándome por limpiar su herida, todavía me reclama que le hubiera llevado un simple papel”“Y por supuesto que la trataste como un caballero, no la tomaste en brazos sin pedirle permiso, ni la ofendiste molesto por un accidente, accidente que seguro tuvo al correr a abrirte la puerta cuando tocaste, no entiendo porque reaccionó de la manera en la que la hizo”“Ya
Estaba sumergido en mis pensamientos cuando la voz de Kaysa sonó con dulzura detrás de mi…- Joven príncipe, los guardias preguntan dónde deben dejar el cofre de la señorita Ailén…¡eso era! El cofre, podía entregárselo ahora mismo.- Diles que lo traigan a la habitación de la princesa de una vez por favor.La encantadora mujer me miro con sus ojos llenos de duda ante mi razonamiento, lo cual, mi cerebro, aun no encontraba el motivo de su duda, hasta que comenzó a dar sus razones…- Majestad, no quisiera contradecirlo en sus órdenes, sin embargo, me pregunto si pensó detenidamente de lo que implica que entren un grupo de guardias a la habitación de su prometida a estas horas de la noche…- Si claro que lo pens….Y en ese momento una luz ilumino mi mente de inmediato… era media noche, seguro se encontraba dormida, por lo tanto, la única ropa que vestía seria su camisón de pijama. Y de pronto un sentimiento de furia comenzó a burbujear en lo profundo de mi pecho, tan solo de imaginar qu
El rey Ezra dirigió su mirada hacia su hija a la espera de una respuesta, ella se limitó a bajar la mirada mientras se mordía el labio, señal inequívoca que no deseaba delatarse a sí misma. Al ver la falta de respuesta, su padre dirigió su mirada a mi nuevamente y dijo:- Siéntete en completa libertad de detallar cada palabra en esa conversación, ya que mi hija se niega a hacerlo por sí misma –- Lo siento majestad, me temo que no puedo hacerlo, aun cuando mi honor este de por medio. Lo único que me corresponde a mi decir es que jamás hubiese usado palabras tan duras de no haberlas necesitado necesarias, entenderá que Ailén ahora es mi prometida y como tal es mi obligación proteger su honor. Sin embargo, si ustedes consideran que s0n necesarias las disculpas, han de saber que con gusto las daré con tal de no tener problemas en cuanto a la relación política de nuestros reinos.Pero antes de que siquiera el rey pudiera responderme, Elena, quien se había mantenido muy callada mientas com
Último capítulo