“Cazando al CEO” «Ese CEO es mío, yo lo vi primero» Erika Camel, lo tiene todo. Si alguien tuviera que describirla en una palabra, esa sería sin duda alguna “Despampanante”. Un rostro:Perfecto, Un cuerpo: Lujurioso y lleno de curvas listo para encender la pasión de cualquier hombre que la mire. Una mente: Absolutamente brillante, y acompañado de su perseverancia de acero, la convierten en una triunfadora innata... todo lo que se propone esa bendita mujer lo sobrecumple. Dos doctorados, uno en Administración de Empresas y otro en Finanzas; la convierten una de las más conocedoras del mercado en el que opera su compañía. Sus rivales en los negocios la llaman la “Perra Fría” Es la principal heredera de la familia Camel, Dueña de su propia compañía, tiene una familia cariñosa y un novio que la ama casi tanto como a su dinero. Su principal defecto: “Lo caprichosa”; este sale a relucir cuando el destino le pone en su camino a el camaleón de los negocios en New York. En una convención en Alemania conoce a Derek Meyer, CEO de una importante empresa Alemana con sede en New York ocasionando que el Perfecto y muy planeado mundo de Erika se ponga patas arriba. Su nuevo plan... Comenzar a trabajar con Derek, pero no desde su empresa, sino como asistente personal del CEO de la principal empresa de la competencia. ¿Para cuando se descubra su juego de seducción...ya la presa habrá caído en la trampa?
Leer másNew York, octubre del 2021.
Derek Mayeer
—Señorita Julie, por favor, infórmele a Dominico que lo quiero en mi oficina, ¡ahora!— mi tono esta mañana no es amable, estoy a punto de gritar.
—Si señor Derek, cómo ordene—ella responde respetuosamente y cierro la línea de intercomunicación con mi asistente. Sigo rondando por mi oficina hecho una fiera, esperando el momento que Dominico se decida a honrarme con su presencia. Estoy por demás impaciente y mi hermano se da el lujo de hacerme esperar precisamente hoy. Con esta, ya va la tercera vez que lo llamo en los últimos diez minutos.
«¿Cómo diablos esa mujer lo volvió a hacer?» La duda me martillea en la cabeza. Me resultaba increíble que estando tan alejada de sus negocios cómo afirmaban en las noticias, la tal Érika fuera capaz de haberme arrebatado de las manos el jugoso contrato por el que llevaba más de dos meses trabajando sin aliento. Al parecer la organización de su matrimonio no le quita tanto tiempo como dicen. «Es una Bruja».
Todo mi equipo había sido presionado, trabajábamos a toda prisa, llevábamos días sin dormir y todo para nada.
El que la competencia nos hubiera ganado, además de tenerme furioso solo aumentaba mis sospechas de tener un espía infiltrado en nuestras filas. ¡Alguien tuvo que haber vendido mi proyecto!¡Alguien me tiene que haber traicionado!
Por trabajar tantas horas en ese maldito proyecto tengo mi vida personal patas arriba. Todas las horas en la oficina me hicieron cometer una locura. Aún no puedo borrar las imágenes de Julie , ansiosa, dispuesta y volteada de espalda enseñándome su glorioso trasero desnudo, apoyada en mi escritorio mientras que yo me vaciaba en ella como un animal.
«¡Maldita mujer...mil veces m*****a!», no puedo dejar de maldecir a la tal Erika.
—¡Dominico, entra de una buena vez!— trueno de pie junto a los ventanales. Mi hermano de pie junto a la puerta entra, y cierra la puerta a sus espaldas, se deja caer con desgano en un mullido sofá de cuero.
«Sofá en el que también le hice el amor a Julie», niego con la cabeza intentando apartar a mi secretaria de mi mente.
—¿Para que soy bueno? — pregunta mi hermano hacienso una mueca que en otro momento me hubiera sacado una carcajada.
—Para mañana quiero toda la información de Erika Camel sobre mi buró. ¿Qué come? ¿Con quién duerme? ¿Si ronca? ¿Qué días no se baña al año? Todo quiero saberlo. Me etas escuchando... T-O-D-O.
—¿Pero qué pasa Bro?, la mujer es de Armas tomar, pero tampoco es para que la espíes. Desde ahora te puedo decir que te va a gustar lo que vas a ver. Es un genio en los negocios, pero eso no es lo peor... lo peor es que está demasiado buena la condenada— trato de imaginarme a una mujer talentosa y hermosa, pero no puedo... la única mujer que viene a mi mente es Julie Peterson. Ella si está condenadamente buena, tanto que no puede evitar seducirla... o yo me deje seducir, ya no sé ni cómo paso.
—También quiero que me traigas toda la información que encuentres de Julie Peterson —alegó concentrado en la vista de la ciudad de New York que tengo desde el piso cincuenta donde se encuentra la presidencia de mi imperio.
—¿De tu asistente?— parece desconcertado y se pasa las manos por el rostro sin dar crédito a mi última orden— Creo que estas paranoico— simplifica poniéndose de pie de un salto.
«Paranoico no se, ¿pero enamorado?»... estoy comenzando a valóralo.
—Solo has lo que te digo, no hagas preguntas— ordeno y Dominico afirma con gesto exasperado, clásico de él cuando lo dejo fuera de mis pensamientos, resignado se dispone a marcharse.
—Dominico, es con carácter urgente, así que date prisa— le recalco.
Veinte minutos después estoy sentado tras mi escritorio, tratando de adivinar, revisando minuciosamente los informes generales del proyecto. ¿Por qué me ganó esa bruja si todo aquí está Perfecto? ¿por qué su proyecto fue superior al mío?
Un sutil toque a la puerta me hace levantar la vista. Presionó el botón bajo el escritorio y la puerta se abre.
Julie Peterson entra cerrando la puerta tras de sí, tan despampanante que no puedo apartar mis ojos de ella. Su boca pecadora con ese labial rojo, hace que la polla se me ponga gruesa de tan sólo recordar esos labios carnosos alrededor de mi glande, devorándome con pericia.
Camina segura de si misma, contoneando ese cuerpo de guitarra que Dios le dio y que ella mejoró con horas de entrenamiento.
Rodea mi escritorio y llega a mi lado, de un solo movimiento aparta los documentos desparramados sobre el escritorio. Se sienta justo frente a mi, abierta de piernas dejándome claro que no lleva ropa interior, y que su visita a mi oficina en ese estado no es casual. Su falda se le sube a los muslos torneados dejándome el acceso a lo que deseo completamente libre.
— He traído algo para calmarlo— susurra coquetamente.
—¿Si? — pregunto mordiéndome el labio inferior y comenzando a acariciar su entrepiernas. No puedo controlarme, de tan solo tenerla cerca me olvido del mundo. Pienso con la polla y no con la cabeza.
—Muéstrame— le digo mirándola a los ojos, ella observa con morbo el rumbo que lleva mi mano arqueándose para recibir mi toque.
—Lo que te he traído está aquí— le cuesta hablar ya que ha comenzado a gemir al sentir mis caricias. Con ambas manos se abre la camisa marrón que usa hoy y me deja ver el diminuto sostén que usa. A penas cubre su voluptuoso par de tetas, que ella sabe que me enloquece.
EPÍLOGO(Cinco Años Después)Fráncfort, Alemania.Érika CamelEl frío del invierno me hace abrazarme más el cuerpo, mientras espero paciente que Derek Mayer llegue hacia mi con un enorme ramo de flores que acaba de comprar del otro lado de la calle.Lleva la semana completa llenándome de regalos, y no es casualidad que estemos en esta helada ciudad justo hoy.Hoy es el día de nuestro quinto aniversario. Nuestras bodas de Madera, como metáfora de un árbol que crece y necesita de crear una base sólida para prosperar y crecer. Nuestra unión estaba en su mejor momento y se mostraba resistente con el tiempo.Nuestros dos hijos estaban junto a sus tío Dominico Mayer, y Julie Camel de Mayer, porque mi hermana después de tantos años por fin decidió cambiarse el apellido Peterson al de nuestro padre, y todo motivada porque deseaba que su primer hijo tuviera el nombre del hombre al que le debía prácticamente todo en la vida. Evidentemente papá y yo fuimos los más felices con su decisión,
Érika CanelEntré en la mansion de los Mayer y todo estaba en total quietud. Dominico fue el primero en aparecer por el living con un pantalón de pijama y una remera también negra. En las manos traía un vaso de cristal lleno de leche. Parecía un Niño pequeño on un bigote blanco sobre el labio superior.Julie se acercó a su flamante nuevo esposo sonriendo encantada y le besó con mucha dulzura la comisura de los labios.—Delicioso—susurro ella contra los labios de su esposo y rodé los ojos ante el hecho de tanta comolicodad. Aún no me podía creer que ese par de revoltosos inatrapables se hubieran casado antes que Derek y yo. Era totalmente increíble... en el sentido más literal de la palabra «increíble».—Hola Cuñada— me saludo Dominico Justo después de que acabo de comerse viva a su esposa. —Derek está en su habitación…. Se fue a dormir temprano, ya sabes…. Sueño embellecedor para estar «bien Alemán y bien matador» mañana en la boda.Julie se partió de risa y yo tuve que disimula
Érika y Camel Supuestamente debería estar en una despedida de solteras, «mi despedida de soltera», pero embarazada de tantos meses la idea no me resulta nada atractiva.Lo que es probable que ocurra es que caiga infartada si un stripper cachondo me muestra su miembro, o puede que me dé risa… no todos los días uno se topa con un semental vergón como con el que estoy a punto de casarme.No puedo beber tampoco, así que no tiene caso alejar a Julie de su flamante esposo, solo por pasar la noche nosotras dos como un par de monjigatas.—Vete a casa de tu esposo Jul— le dijo negociando con ella— Creo que yo hate exactamente lo mismo.—Érika Camel… es de muy mala suerte que el novio vea la novia… desde la noche antes hasta la ceremonia— me advierte Julie apuntándome con un dedo.—Y lo dice la mujer que consumo un matrimonio antes y después de la ceremonia… que para colmo fue a escondidas en Las Vegas— le recordé.—¡Touche!— admitió hiriéndose con una katana imaginaria a modo de harakiri.—Pe
Érika CamelMientras Julie hablaba sentada en mi cama frente a mi, menos daba crédito a lo que me trataba de contar. Tenía que tratarse de una broma .—¡Aún no te puedo creer Julie!¿¡Cómo así que te casaste en Las Vegas!? —pregunté con los ojos como platos y cada vez más sorprendida. —Pero cómo ocurrió, si cuando te marchaste esa tarde parecía que habías erradicado a Dominico Mayer de ti cerebro. No te dije nada sobre qué el también estaría en Las Vegas… pero no creí que las cosas llegarían a este nivel.—Solo ocurrió Erick… me lo pidió y no le pude resistir— se explica y aún no entiendo una mierd@. Para colmo lleva ese anillo de fantasía con un engarce que es más falso que judas. Y de la piedra ni hablar… ni siquiera es vidrio o una imitación aceptable. Es plástico y bastante feo. —¿!A este anillo fue a lo que no te pudiste resistir!?—chillo tomando su mano para analizar la «anti-joya», más bien debería decir la «basura» que lleva en su dedo anular.—No fue el anillo Ericka. El anill
Julie PetersonSi alguien me pregunta alguna vez algún detalle de mi boda… sin duda diré que me dolía el trasero. Creo que eso era lo que más iba a recordar de toda esta locura.También podría rememorar el orgasmo anal que me proporcionó mi futuro esposo una hora antes, pero bueno eso no era algo que se le contara a todo tipo de público.Me vestí con un sencillo vestido blanco ejecutivo, y Dominico se metió en un jeans con camisa blanca y un saco negro casual. Si no nos deteníamos... era un hecho que terminaríamos casados. Abordamos un taxi en plena madrugada y nos dirigimos a la icónica capilla Graceland.¿Hay algo más típico en Las Vegas que casarse ? A la par que el juego, las bodas son el principal atractivo de Las Vegas. Cada año se celebran más de ciento veinte mil bodas, siendo el segundo lugar del mundo en el que más matrimonios se celebran por detrás de Estambul.Sabia a donde nos dirigíamos, ese lugar era famoso. La Capilla Graceland era la capilla más famosa de Las Veg
Dominico MayerSiempre supe que totalmente cuerdo quien dice cuerdo del todo, pues yo no estaba… o era que quizás la crianza que me había dando mi madre en cuanto a relaciones matrimoniales pues no había sido la mejor, porque aunque mi padre murió siendo yo muy Niño aún recuerdo que ella parecía odiarlo a él y a todo lo que su esposo representaba. Así siguió años después... los Mayer para ella no valíamos nada, y después de su muerte quedó aún más claro. Entoces no es muy difícil de entender que después de pedirle a Julie Peterson que nos casáramos… hasta yo mismo me espanté de la intensidad de mis sentimientos hacia esa mujer. No sé de donde demonio había salido esa loca idea de casarme pero me parecía ahora lo más lógico y lo más acertado. Ya ella había huido… y allí estábamos de nuevo. Ya había ido tras ella, así que me merecía el premio mayor y ya no me conformaría con menos. Siempre dije que no me casaría, y ahí estaba pidiendo matrimonio de la manera menos convencional posi
Último capítulo