Bajo la lluviaES

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Las gotas de lluvia empezaron a caer golpeando con suavidad mi rostro, amaba sentir esas frías gotas caer sobre mi cuerpo. 

Septiembre fue el mes más caliente del año, y no era verano, sonríe como una loca, otros corrían huyendo de lo inevitable pero yo me regocijo al ver caer las gotas de lluvia empapando las calles, mojando mi loco cabello. 

Cerré los ojos algunos segundos cuando escucho—¿Que haces bajo la lluvia?.—abri los ojos, Máximo estaba al lado mío. 

—¿No amas la lluvia?.—levanto mi rostro al cielo, para sentir caer las gotas frías en mi rostro. 

Siento una mirada sobre mi, y giro para verle, el solo sonreía al verme. —pensé que lo cursi solo estaban en las películas que Heily me obligaba a ver con ella—

El se pasa la mano sobre su cabello empapado y sonríe. —Si que estas loca. 

—¿eso es un cumplido?. 

Alza sus cejas, y hace lo mismo que yo, quedarse bajo la lluvia y alzar su rostro para que el agua caiga sobre el. 

Lo observo cuidadosamente, me gustaba verlo haci en este momento podía apreciar un poco más su rostro, era muy atractivo con ese cabello mojado, sus cejas eran negras y sus pestañas largas y espesas, sus labios carnosos era perfecto. 

¿Me estoy enamorando de el?. 

No puedo evitar sonreir, es terriblemente atractivo, sin dame cuenta nuestros ojos se habían encontrado, mi corazón se acelera, puedo sentir el tiempo detenerse a su lado, todo lo que nos rodeaba desaparecía y sus ojos brillaban. 

Poco a poco se acerca a mi lado, siento su respiración muy serca de mi rostro. 

No se si tiemblo del frío, o tiemblo ante el. —Máximo—susurro. 

Con su mano toma mi mentón, acariciando mis labios con el pulgar. —Ivonne...¿Puedo besarte? . 

Aceptó sin pensarlo, sus ojos bajan a mis labios y lame sus labios con delicadeza, mi respiración es cada vez más rápida. 

Quisiera que el tiempo se detuviera en este momento, y quedarme a su lado haci como estamos en estos momentos, seré una estúpida por caer en sus garras, pero mi cabeza quería otra cosa y mi corazón otra. 

Pero a pesar de que deseaba tanto besarlo no quería darle la oportunidad de volverme a herir como lo había hecho, no quería hacerme ilusiones, haci que con ambas manos lo alejo. 

Frunce el ceño, no se lo esperaba—haci que te me haces la dura, cuando dos días atrás gemias en mis oidos—Arque una ceja, tan seguro de si mismo, había cometido un error y este idiota me lo estaría recordando siempre. 

Estaba al lado mío, sabía que le había molestado mi actitud, pero me molestaba aun más su forma de actuar conmigo.

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